Senado aprobó idea de legislar sobre prohibición de plaguicidas peligrosos

Como una noticia esperanzadora para las trabajadoras y trabajadores del mundo rural, calificó la Senadora por el Maule Sur, Ximena Rincón, la unánime aprobación de la idea de legislar sobre la prohibición de uso, importación y comercialización de plaguicidas considerados peligrosos y en extremo peligrosos por la Organización Mundial de la Salud, Oms, proyecto que presentó en junio pasado con el patrocinio de sus colegas Jorge Pizarro, Jaime Quintana, Ignacio y Patricio Walker.

La parlamentaria dijo que se trata de una votación de alta relevancia, toda vez que en 2009 el Senado rechazó un proyecto similar, lo que a su juicio extendió la inseguridad en que desde hace años viven los trabajadores agrícolas chilenos. “Este es un gran avance, porque muchos senadores que hace poco más de un año votaron contra esta iniciativa, hoy la respaldaron. Creo que se está evidenciando un cambio de mentalidad que esperamos se concrete lo antes posible con una ley que ponga la salud y seguridad de los trabajadores agrícolas en el primer lugar de las prioridades”, puntualizó.

Agregó que decidió impulsar la iniciativa dada la gravedad del problema, el que a su juicio no recibe la debida atención por parte de los medios de comunicación, la opinión pública, el Gobierno e, incluso, los parlamentarios.

“Desde que presenté este proyecto de ley, he recibido innumerables denuncias relacionadas con la mala utilización de plaguicidas peligrosos, que afectan diariamente, especialmente en los meses de verano, a miles de personas que viven en zonas agrícolas y que no tienen más remedio que sentarse a mirar como, literalmente, les llueve plaguicidas en la cabeza sin que puedan hacer nada”, precisó la legisladora, quien señaló que se tiende a bajar el perfil a este problema.

En este sentido, recordó que esta iniciativa no contó con el respaldo del Ejecutivo, que durante la discusión de la iniciativa en la Comisión de Agricultura presentó una indicación sustitutiva que obliga a que los plaguicidas deban ser revisados con anterioridad por la autoridad sanitaria, haciendo obligatorio para el SAG el rechazo en su registro de plaguicidas.

“Es un avance más bien tibio, pero que no va al fondo del asunto, porque los habitantes de zonas agrícolas sufren todos los días los efectos crónicos derivados del mal uso de estos productos químicos. Detrás de las frías cifras se esconde una triste realidad que en mi calidad de Senadora por el Maule Sur, zona eminentemente agrícola, he tenido que observar a diario, la gente se siente desprotegida e impotente frente a la utilización indiscriminada de estos productos y la falta de fiscalización de los órganos públicos. Se sienten discriminados, poco escuchados por las autoridades, impotentes frente a una realidad que los golpea a diario en sus propias caras, muchos trabajadores son obligados a manipular plaguicidas sin ningún tipo de medidas de seguridad, bajo presión de ser despedidos de su trabajo si se niega lo cual genera efectos crónicos a la salud”, aseguró.

ACTUALIDAD

Ximena Rincón sostuvo que con una legislación más restrictiva en materia de agroquímicos, no se producirían problemas como que hace unos días detectó el estudio encargado por la Liga Ciudadana de Consumidores, que detectó la presencia de plaguicidas en alimentos que son consumidos por bebes y adultos mayores.

“Miles de personas están indefensas frente a los plaguicidas en nuestro país. El 3 de Diciembre recién pasado se conmemoró el Día Internacional por el No Uso de Plaguicidas y lamento que en Chile aún no exista un cuerpo legal que proteja a las personas frente a sustancias que están prohibidas en otros países del mundo por ser en peligrosos o en extremo peligrosos para la salud humana según la Organización Mundial de la Salud, Oms”, aseguró la Senadora.

Finalmente, la parlamentaria hizo mención al caso de la población Nuevo Amanecer en Los Cristales, comuna de Longaví, que está ubicada a cinco metros de un predio que se instaló después de la construcción del conjunto habitacional y que cada vez que fumiga provoca malestares a los vecinos. “Cuando se le pregunta a las autoridades de salud señalan que está todo en regla o que no alcanzan a fiscalizar, porque los predios quedan en zonas alejadas, pese a que no cumplen ni siquiera con la obligación de los 100 metros de distancia que debe haber entre el huerto fumigado y la presencia humana”, concluyó.

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