Primera escuela reconstruida posterior al terremoto abrió sus puertas en Vichuquén

Establecimiento definitivo en Aquelarre fue levantado en cuatro meses con inversión de $100 millones aportados por empresa minera.
La Escuela de Aquelarre, ubicada a orillas del lago Vichuquén, se transformó esta semana en el primer establecimiento educacional en ser reconstruido, luego de sufrir graves daños producto del terremoto del pasado 27 de febrero.

En el acto de reapertura, el centenar de niños y niñas que estudian en el lugar fueron acompañados por sus padres, todos los cuales esperaban con ansias conocer las nuevas y modernas salas de clases que no son modulares.

Las amplias instalaciones, los nuevos baños, la sala de computación y una gran cantidad de mobiliario permitirán implementar la jornada escolar completa en esta apartada localidad de la provincia de Curicó.

La reconstrucción del establecimiento rural fue posible gracias a una inversión por más de 100 millones de pesos realizada por la empresa minera Barrick, quienes han respondido gratuitamente a las necesidades planteadas por la Municipalidad de Vichuquén.

“Decidimos que esta comuna era el lugar para apoyar con una fase inicial en la emergencia misma, luego un apoyo intermedio para viviendas temporales y, finalmente, la tercera etapa que estamos inaugurando hoy que son mejoras fundamentales y permanentes para esta zona”, explicó Igor González, presidente de Barrick Sudamérica.

Para el alcalde de Vichuquén, Román Pavez, la reapertura de la escuela de Aquelarre es el inicio en el proceso de reconstrucción comunal, pero no el fin de la emergencia provocada por el terremoto y maremoto.

“Esta es la primera obra concreta de reconstrucción en Vichuquén. Pero, en vivienda aún no ha llegado ningún subsidio a la comuna y eso me preocupa. Después de seis meses, la emergencia no se ha terminado. Solamente ha llegado la ayuda privada, tal como lo estamos viendo aquí”, subrayó el alcalde Román Pavez.

Además del daño en escuelas y liceos, en la comuna de Vichuquén el terremoto y maremoto provocó la destrucción de centenares de viviendas, existiendo en la actualidad un total de 655 familias damnificadas que esperan la asignación de un subsidio que les permita reconstruir sus hogares.

El cataclismo también generó graves daños en edificios públicos y la zona típica del pueblo declarado monumento histórico; los pescadores artesanales perdieron botes, aparejos y la infraestructura de sus caletas; y fueron gravemente afectadas las pequeñas empresas campesinas, de artesanía y turísticas.

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