Pedaleros maulinos continuán recorriendo el litoral antes de ir a Argentina

 

“Disculpe por no tener nada más para darles” (Señora a cargo de la Estación de Huinganes, sin saber que la compañía y los frutos que nos dio eran mucho más de lo que esperábamos)

Constitución es la capital de la comuna homónima y un polo de desarrollo en el ámbito forestal y turístico. Lo anterior obedece a la multiplicidad de sus encantos naturales, en donde la desembocadura del río Maule, las formaciones rocosas del litoral, las dunas existentes a su alrededor, el centenario Ramal ferroviario que posee y las playas que caracterizan a esta ciudad la han convertido en un lugar de descanso y diversión indiscutible en el país. Así este domingo, un grupo de pedaleros vivenció el patrimonio cultural IN SITU para después exponerlo a la comunidad nacional e internacional en exposiciones fotográficas y virtuales. Este grupo de pedaleros se conoce como “Cicloturismo Chile Profundo”, el cual afirma que el turismo es una actitud permanente de apertura hacia lo intrínseco y la gestión local, como a lo internacional y la gestión de políticas transnacionales a largo plazo.

Por ello y pensando en la gestión de políticas transnacionales señalaremos que, ubicada frente al Océano Pacífico, Constitución es la ciudad capital de la comuna homónima, situada en la Provincia de Talca, Región del Maule, Chile. Fue fundada en 1794 como Nueva Bilbao de Gardoqui y en el presente su población bordea los 50.000 habitantes. Tiene múltiples vías de acceso, de tal forma que si viajamos desde Malargüe-Argentina, es recomendable hacerlo temprano, pues esta ciudad dista unos 185 km del Paso Pehuenche, que equivalen a unas 6 horas promedio de conducción y trámites de aduana. Desde allí, la ruta que nos conduce a la costa está completamente pavimentada y recorrerla nos tardará unas 3.5 horas más. Es decir, si partimos de Malargüe a las 07:00 am, podríamos estar almorzando deliciosos pescados y mariscos a las 15:30 horas, a orillas del océano Pacífico en Constitución, suponiendo condiciones normales del vehículo, de la ruta y de las aduanas en Argentina y Chile. Si nuestro punto de partida es Santiago, la distancia hasta Talca es de 250 km y desde allí hasta Constitución han de ser recorridos 110 km más. Pero como dijimos antes, en nuestra planificación podemos trazar rutas diferentes a las que aquí planteamos, queriendo si advertir a ustedes que si han pensado viajar en verano desde Santiago a Constitución mediante el Ramal Ferroviario, estén atentos a la aglomeración de pasajeros en el servicio matinal desde Talca a la ciudad balneario. No hay venta anticipada de pasajes.

LA EXPERIENCIA QUE VIVIERON SUS PARTICIPANTES:

1. El viaje en el último Ramal Ferroviario de Chile:

Hacía frío e íbamos lejos de casa. Nos lo permitimos porque con ayuda del último Ramal chileno llegaríamos a lugares legendarios e inaccesibles de la región y el Maule, extrañando al partir a los(as) integrantes del equipo que no pudieron venir.

A diferencia de viajes anteriores, por nuestra propia cuenta realizamos la ruta antes señalada, contando sí con la valiosa ayuda que nos prestó el Jefe de la Estación Ferroviaria en Talca, con quien estuvimos coordinando este viaje durante un mes, permitiéndonos él cargar nuestras bicicletas irán en el acoplado del ramal ferroviario (carro trasero). Pagamos en boletería el valor de nuestros pasajes, $1800 desde la Estación de Talca, hasta la Estación de Forel. Y pagamos $1500 por el transporte de nuestras bicicletas.

Señalamos enfáticamente a quienes deseen imitar esta experiencia que el traslado de bicicletas es excepcional, al tratarse de un Ramal subvencionado por el estado y con preferencia para los habitantes que viajan entre las estaciones de éste. En temporada estival es casi imposible cargar más de una bicicleta. Ténganlo en cuenta. Como también que el Ramal está pensado ahora principalmente para el habitante del Ramal, cuestión patrimonial intrínseca que aplaudimos y que en el segundo carro disfrutamos muchísimo, sentados entre los canastos con frutas, flores, etc. que viajaron con nosotros.

La salida fue a las 07:30 horas desde el interior de la Estación Ferroviaria de Talca. Puntualmente, pues el Ramal tiene que cumplir sus horarios. Inicialmente pensábamos en bajar en la Estación de Forel, pero nuestras ganas pudieron más que nuestra razón y decidimos bajarnos una estación antes, prolongando golosamente nuestro recorrido.

 

Con una temperatura cercana al 0 ° iniciamos el recorrido, dejando atrás a una ciudad escarchada para internarnos en un Colín y Corinto envueltos en una espesa niebla. Sabíamos que en la “Estación Poeta Jorge González Bastías” (llamada antiguamente Infiernillo) al ubicarse prácticamente a la mitad del recorrido ferroviario entre Talca y Constitución, se encuentran los trenes que parten en los dos extremos de la trocha angosta. Nos bajamos a palpar el frío, a comer tortillas cocidas en arena, pero no habían huevos duros en esta fecha, cosa que lamentamos mucho a sabiendas de su calidad y sabor. Atención al abastecimiento de agua y otros productos, más si es feriado o se hace de noche: sólo podrán comprar aquí lo que haga falta para el resto del viaje. Es necesario llevar alforjas; en estas vamos a portar la indumentaria necesaria para el viento y dosis adicionales de agua fría o caliente. También podremos comprar fruta de la estación, vino o chicha para llevar de regalo y obligatoriamente las tortillas de rescoldo y huevos duros que son icónicas en la “Estación Poeta Jorge González Bastías.” Pero eso ocurrirá en verano tan sólo.

Dejamos González Bastías atrás y en la siguiente estación (Toconey) comenzábamos a vivir lo que cualquiera que ha hecho bicicleta con conciencia y no por apariencia más anhela: recorrer libremente una ruta que nadie ha hecho en bicicleta y que envuelta en naturaleza y abrazada al Río Maule la convierten en una ruta única en el país y que no ha sido advertida por los gestores turísticos locales. A eso de las 09:45 horas desembarcamos en Pichamán, para comenzar a vivir una experiencia inigualable en lo que concierne a Cicloturismo Expedicionario y de Aventura.

2. Estación de Pichaman: el “cóndor pequeño” en mapudungún.

Tras descender las bicicletas y presentarnos como es debido, dando la bienvenida a tres nuevos participantes de estas experiencias en Chile Profundo: desconocíamos todos la increíble experiencia que viviríamos más tarde. Quienes deseen imitar esta vivencia consideren las dificultades físicas y las exigencias técnicas que la ruta requiere; repetimos esto pues para nosotros fue muy difícil ya que pese a todo nuestro entrenamiento en promedio realizamos no más de 10 km por hora en esta dificilísima ruta. El recorrido por la ruta ferroviaria del ramal también requiere atención, tanto por las personas, los animales, como por las camionetas forestales que pudiéramos encontrar en la ruta. Pedaleando junto a la vía férrea como por los caminos rurales, pondremos atención a las espinas que, en el caso de que no viajemos con tubulares, pueden hacernos pinchar la cámara.

3. Estación de Forel: dos joyas ocultas del patrimonio tangible del país.

Normalmente en la zona llueve con intensidad entre abril y septiembre y el Maule recupera parte de su pasada grandeza. Con el término de las precipitaciones predominan los días soleados, por lo que los(as) visitantes deben considerar el uso de un buen bloqueador solar. Nosotros llegamos a Forel y aún no comenzaba el invierno. Sin embargo, allí nos esperaba alegre y premonitoriamente la primavera.

Ubicada en el Km 62,1, la Estación de Forel será la segunda estación de nuestra original ruta, luego de que el único Ramal Ferroviario sobreviviente en Chile nos dejase en Pichamán. Tras desafiar un accidentado paisaje en el km 62,9, cruzamos por el Túnel Ferroviario El Álamo (1896). De albañilería y piedra, tiene un largo de 80 metros, un ancho de 4,7 metros y una altura total de 7,2 metros. Nos sentíamos privilegiados con esta vivencia única en estas dos joyas del patrimonio tangible del país: el Túnel Ferroviario El Álamo (1896) y el puente que sigue a éste, el cual recorrimos tanto arriba como en sus interiores metálicos, comprobando cómo se hacían las cosas antes y eran para siempre.

Para el registro fotográfico y la contemplación del paisaje el lugar es extraordinario. Nosotros lo vivimos desde la ribera sur del Maule y nuestras fotos así lo confirman. La temperatura del Maule es adecuada para bañarse, pero recomendamos hacerlo sólo con las mayores precauciones, pues las corrientes de agua o remolinos (“infiernillos”) tienen fama de ser muy peligrosas. En la ribera sur hay unas cabañas, pero la inmensa mayoría del territorio está bajo un abandono casi completo.

4. Estación de Huinganes:

Intuitivamente sabíamos que debemos ser muy respetuosos con la naturaleza y el habitante del lugar que recorreríamos en bicicleta. Visitaríamos localidades rurales en donde no hay mucho ruido y la gente prefiere la tranquilidad. Así por ejemplo, la Estación Ferroviaria de Huinganes, en donde la familia allí residente nos convidó generosamente agua fresca, caquis y naranjas y con quienes pudimos conversar y compartir animadamente un momento de descanso. Un momento valioso y espontáneo antes de seguir peleando piedra contra piedra.

“Disculpe por no tener nada más para darles” (Señora a cargo de la Estación de Huinganes, sin saber que la compañía y los frutos que nos dio eran mucho más de lo que esperábamos)

5. La estación de Maquehua (lugar de maquis) y el Puente Ferroviario “Banco de Arena”

Luego de Huinganes y con la presión del tiempo, pedaleamos aceleradamente a la Estación de Maquehua (Km. 74,2), para proseguir nuestro recorrido hasta uno de los hitos más importantes del Ramal: el Puente Ferroviario “Banco de Arena” (KM 83,4) Este puente, diseñado por Gustave Eiffel, fue construido entre los años 1908-1915 y lo cruzamos a pié, con mucho cuidado y admirando con asombro otra joya más que luce la comuna de Constitución. e nos hacía tarde. Eran las 16:30 y recién cruzábamos todos a la ribera sur del Maule.

6. Constitución.

Tras el serpenteante y durísimo recorrido que hicimos en la primera parte de la ruta junto a la trocha angosta del último Ramal Ferroviario de Chile, recorrimos lo que pudimos en la última hora de luz solar en la Perla del Maule -Constitución- pedaleando a la playa para ver el ocaso frente a la Piedra de la Iglesia y recorriendo de noche la barra del Maule iluminada exquisitamente por la luna.

En casa de nuestro amigo Miguel, su familia nos tenía preparado una exquisita comida que necesitábamos tras perder mucha energía pedaleando entre esas piedras que no olvidaremos jamás y que nos forzaron a hacer más lento el viaje. El equipo participante de esta experiencia extiende a Miguel y su familia la deferencia de recibirnos cordial y deliciosamente en su casa.

Ya que la Municipalidad de Constitución no dispuso del vehículo que le solicitamos, el regreso a Talca lo hicimos en dos grupos y en los buses CONTIMAR en el terminal de Constitución a Talca. Volveríamos en 2 o 3 grupos (según los maleteros disponibles del bus). Nos cobraron dos pasajes por persona ($4.000 en total). Nos despidió la Luna, agotadísimos… con 55 km en el odómetro, pero con eso multiplicado por tres de dificultad. Fue increíblemente difícil y satisfactoria. Gracias a todos por sus buenos deseos.

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