El crítico, periodista y novelista francés Jean Baptiste Alphonse Karr, dijo: «La amistad entre dos mujeres comienza o acaba por ser un complot contra una tercera.» Tan envidiosas somos?
Es envidia sana solamente, como cuando vemos llegar a alguien mejor vestida que yo a una fiesta de amigos. Mmm bueno, debe existir la mala también.
Típico que cuando llegamos a un lugar de trabajo con muchas mujeres, nuestra primera impresión es que tendremos problemas, porque siempre las mujeres son más complicadas para trabajar juntas por la envidia. Será eso cierto? Por ejemplo, si tu jefa no es tan agraciada y tu vas mejor vestidita, entonces, si que tendrás problemas. Qué? Acaso no te ha pasado?
Algunos nos llaman “competitivas”, algo que entre mujeres puede alcanzar extremos extraños. Querer tenerlo todo para que nadie hable de nosotras, bueno si lo hacen porque llamamos la atención en forma positiva, entonces que se les seque la lengua. Sin embargo, “hay una cualidad femenina indiscutible en este sentido: la agudeza que tiene la mujer para ver a las otras mujeres es la misma que tiene para verse a sí misma”, dijo el escritor Gustavo Varela.
Entonces, podemos decir que la envidia nace del deseo de poseer algo que alguien tiene, de hacer algo que alguien hace y de sentirnos inferiores al respecto de sentirnos triste porque quisiéramos hacerlo. Nuestro entorno nos exige crecer y ser exitosas lo más rápido posible en el mundo que gira de forma veloz. Si alguna otra fémina da un paso antes que yo, claro que me da envidia, celos, rabia y angustia porque no estoy yo en ese lugar. Pero al rato, pienso que no tiene sentido sentirlo. Si todos tenemos ritmos distintos y formas de crecer únicas. Hay que abrir los ojos y enfocarnos de nuevo para encontrar en el otro un buen referente y no alguien a quien envidiar, porque de seguro yo tengo algo que el otro no y me envidia por eso.