Mujeres actuales: entre el éxito profesional y la familia

Hace algunos años era impensable que una mujer pilotara un avión o condujera el metro, que trabajara en minería o dirigiera una empresa. Si bien, hoy casi no existen espacios que estén vedados para ellas, persisten brechas que atentan a avanzar en materia de equidad, tanto en el plano doméstico-familiar como social.

Cada vez es más frecuente ver a la mujer integrada a ámbitos que antes eran restrictivos para los hombres, como los trabajos en la minería, el transporte, la dirección de empresas o la gasfitería. Es parte de la multiplicidad de roles que las mujeres han asumido en la época actual con un alto nivel de exigencia y menos tiempo para las responsabilidades familiares.

En contrapartida, del lado masculino no siempre hay comprensión ni menos voluntad para asumir la parte que les corresponde de los quehaceres domésticos y, en los casos que ello ocurre, se considera una “ayuda” a la labor que realiza la “dueña de casa”. Tampoco la sociedad ha evolucionado en ese sentido y los cambios culturales están al debe.

Chile fue sede del reciente IV Foro Global de Empresas por la Igualdad de Género: El futuro del Trabajo en la Agenda 2030”, organizado por el gobierno, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud), la ONU y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). En ese momento, la titular del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, Claudia Pascual, entregó diversos antecedentes que proporcionan un panorama de la situación actual de la mujer chilena.

Su informe reveló que si bien existen avances en cuanto a la participación laboral, las mujeres siguen enfrentando diversos obstáculos que impiden su plena incorporación, permanencia y desarrollo en el ámbito del trabajo remunerado e influyen en una falta de continuidad de las trayectorias laborales.

Identifica factores como la brecha salarial, la falta de corresponsabilidad para acceder a puestos de dirección y toma de decisiones. Las de participación laboral se incrementaron del 31% en 1990 al 48,3% en 2016, según las respectivas encuestas de empleo. Sin embargo, la exsecretaria de Estado sostuvo que esa cifra sigue siendo baja en comparación al 71% que representan los hombres pese a los avances educacionales que Chile ha tenido, los que incluyen a las mujeres.

Otro dato que sigue marcando inequidad es el ingreso promedio mensual que en los hombres fue de $ 601.311 en 2016 y de $ 410.486 las mujeres en el mismo período. Esto significa una brecha salarial de 31,7%, de acuerdo al Enfoque Estadístico de Género e Ingresos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de 2016. Aunque ahora hay más mujeres en cargos antes reservados a hombres, en las grandes empresas solo el 12,8% en ese año tuvo presencia en puestos de gerencia general.

Aun cuando las cifras están al debe, se reconoce que ha habido un avance en la incorporación de la mujer en el mundo laboral, sin embargo subsisten complejidades porque, como lo señala la antropóloga Yafza Reyes, de la Corporación y Apoyo al Desarrollo Integral de la Mujer “Domodungo”, la vida de la mujer chilena es súper demandante debido a la multiplicidad de roles que debe ejercer.

“Tienes que ser profesional y exitosa, te tiene que ir súper bien y hacer bien la pega como madre, perfecta en todo, incluso tener una apariencia digna, por ejemplo, de ser una académica. Entonces, la responsabilidad social de las mujeres en general en Chile es gigantesca”, opinó. Y eso genera sobre la mujer una gran presión, el tiempo no le alcanza, siempre se siente cansada y al borde del estrés o de plano estresada.

La psicóloga y académica de la Universidad de Talca (UTALCA), Rosario Spencer, sostuvo que en la actualidad lo más difícil para las mujeres que trabajan es conciliar la carrera profesional o académica con la crianza de los hijos. “Mujeres con alto nivel de formación tienen hijos entre los 30 y 35 años. Ellas tienen que ser altamente competitivas, lo que implica dedicar mucho tiempo a su carrera junto con compatibilizar embarazos, pre y postnatal, enfermedades de niños entre 0 y 5 años, etcétera. Independiente de que los hombres puedan tener hoy un rol más activo, hay aspectos que suelen ser asumidos mayoritariamente por las mujeres”, comentó.

“Cuando el papá va con el niño a la urgencia, preguntan dónde está la mamá”, agregó. Eso es porque la sociedad sigue entendiendo que, aunque se hable de la distribución de tareas, la mujer se lleva la mayor parte de la crianza y de la administración de la casa.

Rosario Spencer acotó que, por lo mismo, hombres y mujeres desarrollan de forma distinta sus carreras. Ellos pueden avanzar de una manera más lineal, mientras que ellas lo hacen en forma de escalera, con desfases relacionadas con la maternidad y la crianza porque los hijos pequeños son muy demandantes como también lo son los requerimientos profesionales o académicos.

Por tal motivo, sostuvo que el desafío para la mujer es compatibilizar distintos roles altamente exigentes. “Además hay que considerar que las familias se han tendido a nuclearizar cada vez más, mientras disminuyen las redes de apoyo. Por eso las parejas jóvenes están bastante solas con la crianza”, expresó.

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