Monitoreo satelital: La clave para aminorar poder destructivo de los “mega incendios”

Hace poco más de un año los expertos del Sistema de Protección Civil de la Unión Europea establecieron una nueva categoría de siniestralidad de incendios: la sexta generación. Fue la llamada “tormenta de fuego” que tuvo como cara visible al poblado de Santa Olga, en Constitución, la que dio pie para que los especialistas constataran una nueva forma de amenaza, de mayor intensidad y destrucción, caracterizada por la liberación de más de 80 mil kilovatios de energía.

“Chile nos permitió entender lo que pasaba de forma más clara. Estuvimos en Santa Olga, que fue el epicentro, y esos datos nos permitieron entender cómo cambiaban los modelos de propagación”, dice Marc Casterllnou Ribau, Inspector del Cuerpo de Bomberos de Cataluña y experto en incendios forestales para el Sistema de Protección civil de la Unión Europea.

Precisamente, tras la destructiva temporada de incendios forestales de 2017, que arrasó con más de 200 mil hectáreas en la zona centro-sur chilena, se produjeron ese mismo año fenómenos igualmente destructivos en Portugal, Australia y Estados Unidos. Para Marc Casterllnou la causalidad de esos siniestros tiene una explicación clara: el cambio climático.

“Empezamos a entender cómo el cambio climático está cambiando la importancia y los factores en la propagación de incendios”, destaca el experto español, quien por estos días participó como expositor del Seminario de Técnicas de Prevención y Análisis de incendios forestales, organizado por el Comité de Despachadores de Incendios en Chile.

Durante dos días, 135 profesionales y técnicos vinculados a la prevención de incendios se reunieron en la región del Maule, para conocer y discutir técnicas para enfrentar de mejor manera los incendios de sexta generación, abordar la coordinación público-privada para enfrentar un fuego de difícil control y adentrarse en el uso de tecnologías de información y comunicación en las Centrales de Coordinación para crear redes de protección contra incendios, entre otros contenidos.

Jaime Baeza, presidente del Comité de Despachadores de Chile, comenta que este tipo de siniestralidad llegó para quedarse; las condiciones ambientales, de humedad y temperatura no son las mismas de décadas pasadas, y la clave es anticiparse a estos fenómenos y en esto la coordinación de todos los actores es fundamental.

“Se requiere un adecuado nivel de coordinación, tanto de las empresas, Conaf, etc. Antes las temporadas de incendios duraban tres meses, empezaban en noviembre y terminaban el 30 de marzo; hoy tenemos temporadas que parten en septiembre y terminan en mayo por el cambio climático”, dice Jaime Baeza.

La acumulación de material combustible como malezas y plantaciones de baja altura, la ausencia de zonas de interface y la estructura atmosférica son variables que desencadenan las denominadas “tormentas de fuego”, según el experto en incendios forestales para el Sistema de Protección civil de la Unión Europea.

“Hay que ‘vacunar’ los paisajes contra los incendios y gestionarlos” (Usar el fuego manejado técnicamente para prevenir o controlar los incendios), es la receta que entrega Marc Casterllnou, medida apoyada por Francisco Acevedo, Jefe de Protección de Masisa y coordinador del Comité de Despachadores, quien agrega que “hay que generar los lazos de coordinación para el trabajo conjunto a nivel país, y que todos nos mentalicemos con el objetivo tener un sello país y orientar las actividades para buscar la metodología más efectiva”.

Guillermo Ferrari, coordinador del plan provincial de manejo del fuego de Mendoza, Argentina, destaca que si bien la realidad de incendios forestales en la provincia mendocina es distinta a la chilena, principalmente porque la siniestralidad no está asociada a la protección y riesgo de viviendas aledañas a parques o reservas, sí deben hacer frente a problemas como la falta de una buena distribución de pistas de aterrizaje para el equipamiento aéreo con que cuentan.

No obstante, agrega que una de las ventajas que poseen con Chile es la experiencia de los brigadistas que están los 365 días del año trabajando en función del combate de incendios.

“En el verano trabajan en la tarea del combate de incendios y en el invierno en tareas de prevención en el uso de quemas prescritas y en el uso de producción de viveros de especies nativas”, comenta Ferrari.

Anticiparse al daño

En la jornada de análisis se destacó el trabajo de la Sección de Análisis de Prevención de Incendios Forestales de CONAF.

Un equipo de dos meteorólogas y un analista realizan un seguimiento satelital de las precipitaciones y condiciones climáticas para el monitoreo y pronóstico de incendios. Jorge Saavedra, jefe de esta unidad de la Conaf, explica que pretenden reducir la incertidumbre y anticipar la complejidad o no de una temporada de incendios, entregando herramientas para enfrentarla.

Este sistema de análisis cuantitativo de las condiciones climáticas permitió, con 24 horas de anticipación, evacuar con éxito a los habitantes del poblado de Santa Olga, gracias a una proyección catastrófica del daño que generaría ese incendio, específicamente en el sector Las Máquinas, punto de inicio del fuego.

Rol de los despachadores

Los despachadores son especialistas que mantienen en línea toda la información sobre la cantidad y ubicación de los recursos (brigadistas, camiones aljibes, aviones, helicópteros, otros). En caso de emergencia, su labor es analizar, asignar recursos de la manera más rápida, eficiente y correcta, para lograr la extinción de uno o varios incendios.

“El despachador no solo está viendo el despacho de recursos, sino también la operación aérea, emergencias de varios tipos entonces estamos formando personas que sean más integrales en todos los aspectos de su operación”, destaca Jaime Baeza.

Más de 120 personas trabajan en 35 centrales de despachadores en centrales de empresas forestales y CONAF, desde Santiago hasta Magallanes. Funcionan en turnos de día y noche, para poder coordinar el flujo de información y realizar una rápida asignación de medios de combate.

Entre los desafíos del Comité de Despachadores, se priorizan el desarrollo, la capacitación, el mejoramiento de competencias de sus integrantes y fundamentalmente el trabajo conjunto público – privado que ya lleva 27 años.

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