Mitos del embarazo: ¿Verdadero o falso?

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Seguro que has escuchado de todo: desde que no se te ocurra pintarte las uñas hasta que para evitar las estrías hay que bailar desnuda bajo la luna llena. Todo lo que rodea los nueve meses que una mujer pasa creando una vida en su interior tiene, desde tiempos inmemoriales, un aura de misterio, misticismo y, seamos francos, mucha imaginación calenturienta. Pero la realidad es mucho más simple. Vamos a derrumbar todos los mitos que rodean los cuidados de las futuras mamás con ayuda de los expertos.

Con todo esto exageran:

Ni se te ocurra teñirte. Es falso que el tinte pueda llegar al torrente sanguíneo y, por lo tanto, al feto. “El cuerpo absorbe sola una pequeñísima cantidad de esas sustancias”, explica la doctora Blanca Paredes, ginecóloga del Gabinete Médico Velázquez y asesora de Isdin. “Pero si te preocupa, puedes optar por baños de color o mechas. Son tratamientos menos agresivos”. Prueba la coloración EOS de Wella, elaborada a base de extractos de plantas.
Adiós a las manicuras. Lo que te pones en las uñas tampoco afecta en absoluto a tu salud ni a la de tu hijo. Que es preferible elegir lacas sin pHtalatos y formaldehídos es algo que tienes que tener en cuenta siempre, no solo en el embarazo. “Con lo que tienes que tener cuidado es con que el salón siga unas estrictas normas de higiene”, apunta la dra. Paredes.
Nada de bronceado químico ni mucho SPF. Ninguna son ciertas. El DHA, que es la sustancia que contienen los autobronceadores, no tiene ninguna contraindicación durante el embarazo. Y en cuanto al nivel de SPF, tienes que aumentarlo al 50+ sí o sí porque, debido a las hormonas, tu piel tiene más posibilidades de irritarse con el sol. Pero, sobre todo, porque puedes sufrir una hiperpigmentación conocida como cloasma del embarazo. Eso sí, es preferible que te decantes por filtros físicos, que hacen rebotar los rayos UV.
No te libras de las estrías. Vale, en este caso hay muchas posibilidades de que sea así. Pero no hay que perder la esperanza de evitarlas y tienes que ser constante en tus intenciones de conseguirlo. “El rápido estiramiento de la piel produce una ruptura del tejido conjuntivo que da lugar a estrías gravídicas a partir del sexto mes. Las zonas donde más aparecen son el abdomen, las nalgas, los muslos y los senos. La aplicación diaria de cremas específicas previene su aparición y reduce las ya existentes”, explica la doctora Paredes, asesora de Isdin. Busca productos que contengan activos como urea, aceite de rosa mosqueta o extracto de centella asiática y aplícatelos tres veces al día. Y sigue haciéndolo después de haber dado a luz.

Con lo que tienes que tener cuidado de verdad:

Ingredientes que es mejor evitar.“En el embarazo, la dermis está más sensible, con tendencia a la irritación y pueden aparecer más alergias. Además, la falta de estudios sobre la seguridad de algunos principios activos en el feto hace que se desaconsejen durante este periodo y la lactancia”, apunta la dra. Paredes. Es lo que sucede, por ejemplo, con los tratamientos antiacné o los antimanchas. La agencia norteamericana del medicamento (FDA), no recomienda usar concentraciones de ácido salicílico superiores al 2%. ¿Otros activos que deberías evitar? Los retinoides, el ácido de benzoilo y los despigmentantes como el ácido kójico. En cualquier caso, lo mejor es actuar con precaución y evitar riesgos.
Adiós a los baños muy calientes. Esto sí lo debes llevar siempre a rajatabla. “Durante el embarazo se produce una tendencia a la retención de líquidos y a los edemas en miembros inferiores explica la doctora Blanca Paredes. Los baños calientes someten al cuerpo a una dilatación de los vasos sanguíneos que puede conducir a una bajada de tensión arterial, lo que puede comprometer el flujo sanguíneo al útero y placenta”.

Todo lo bueno que te puede pasar:

No suceden siempre, pero si eres de las agraciadas con estos pequeños y felices momentos beauty, te recomendamos que los disfrutes. Son consecuencia del chute de hormonas que se produce en el primer y segundo trimestre de embarazo y cuyos efectos duran hasta el tercero. Y del aumento de la circulación sanguínea, que casi triplica su capacidad para poner en funcionamiento la maquinaria de creación de un bebé. Entre una cosa y otra, los cambios en tu cuerpo pueden tener consecuencias y buenas que verás en el espejo.

Aumenta el tamaño de tus labios. Sí, puede pasar, sobre todo, a partir del tercer trimestre. Y si eres de las que siempre ha tenido dos líneas en paralelo y no se ha encontrado jamás el arco de Cupido, estarás más que contenta de descubrir que el rouge te sienta ahora como si fueras Marilyn Monroe. Aprovéchalo porque esos morros a lo Kylie Jenner desaparecen tras el parto.

¡Ese momento! Sí, sucede en un porcentaje muy alto de mujeres embarazadas. De repente, sobre el cuarto o quinto mes te das cuenta de que no has tenido un solo bad hair day en varias semanas. Y que el volumen, el brillo y la densidad del que ya posees parece haberse multiplicado por dos. Eso es porque, una vez más, la conjunción de hormonas y aumento de la circulación sanguínea inhibe la fase natural de caída del cabello. Y todos esos pelos que se suponía que te tocaba perder se quedan hasta el momento del parto. Lo malo es que luego se caen todos de golpe.

Todos te dicen que estás guapísima. En general, la gente le hace más caso a tu barriga que a tu rostro. Pero si llega un momento en que todos coinciden con los piropos, déjate adular porque probablemente tu piel tiene una luminosidad especial gracias, una vez más, al aumento de la circulación en la piel que ayuda a la síntesis de colágeno, elastina y ácido hialurónico.

Cuidados mini

¿Y cuándo por fin llega el rey o la reina de la casa? ¿Cómo es el neceser perfecto para un bebé? Pues tienes que tener en cuenta que, efectivamente se trata de una piel frágil y vulnerable a las agresiones externas porque, como explica Amparo Herrero, de Babé Laboratorios, “todavía le falta desarrollar el estrato córneo, nuestra capa más superficial y donde se sitúa la barrera que nos protege de las agresiones externas. Por esa razón la piel de los bebés es más fina, lo que la hace susceptible de irritaciones”.

Y también porque inician la vida con un pH neutro, ya que el manto ácido se forma lentamente, y con glándulas sebáceas con una actividad muy limitada. Por eso necesitan productos protectores y nutritivos que mantengan un nivel óptimo de hidratación; pasta al agua para curar las irritaciones que se producen por el uso de pañales (solo cuando sea necesario, nunca en todos los cambios); geles y champús sin jabones; y colonia, siempre sin alcohol.

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