Madera impregnada favorece desarrollo productivo en el Maule

Un sostenido crecimiento ha tenido el sector forestal industrial en el país durante los últimos años lo que ha favorecido el desarrollo de la impregnación de madera, que consiste en alargar la vida útil de esta materia prima y que es cada vez más usada en los proceso de producción agrícola, en el área de construcción, caminos y paisajismo.

Del total de madera aserrada que se produce en el país se impregna cerca del 15% (241.553 m3), porcentaje que ha tenido un crecimiento constante según antecedentes proporcionados por el Instituto Forestal (INFOR) de Chile.

En este escenario la impregnación de madera en la Región del Maule también ha tenido una positiva evolución gracias a la constante demanda de los sectores productivos que la utilizan como rollizos, postes, polines y madera para la construcción.

Destaca su alto uso en plantaciones de viñas y huertos frutales donde cumplen un rol fundamental en los procesos de siembra y cosecha en terrenos productivos de las provincias de Talca, Curicó, Linares y Cauquenes.

El proceso de impregnación consiste en aumentar la vida útil de la madera mediante el uso de un producto químico preservante activo en base a Cobre, Cromo y Arsénico (CCA), que se aplica en una cámara al vacío y a presión.

El Cobre actúa como un elemento fungicida que previene hongos y agentes biológicos externos; el Arsénico que es un insecticida que previene de termitas y otros microorganismos. Por su parte, el Cromo opera como un activo fijador de los otros dos elementos.

Los trozos de madera son ingresados a una máquina donde se aplica la solución química quedando protegida de agentes biológicos, permitiendo su uso en construcciones de viviendas, vigas, pilares, cercos, juegos infantiles y plantaciones de fruta y viñas.

“Nosotros trabajamos exclusivamente con pino radiata. La madera natural al intemperie dura dos a tres años y al impregnarla pasa a durar 25 años y más”, explica el ingeniero forestal, Roberto Morales, actualmente Gerente de la empresa Preserva, dedicada a la impregnación de pino que representa el 90% de la producción regional.

La Región del Maule cuenta con 650.000 hectáreas de plantaciones forestales, 90% de pino radiata y 10% de eucaliptus.

Morales agrega que “Maule tiene un gran número de empresas de impregnación porque estamos muy bien ubicados en el centro del país, cerca de los proveedores de madera y de nuestros clientes”.

Puntales para el desarrollo

Actualmente la actividad forestal en el Maule está compuesta en general por más de 150 empresas que generan cerca de 20 mil empleos directos.

El administrador de la viña Balduzzi de San Javier, Jorge Riquelme, puntualiza que “nosotros utilizamos entre 80 a 100 polines impregnados por hectáreas, como cabezales en los extremos de las mergas o hileras de las viñas, y unos 830 polines como centrales en medios de las parras en cada hectárea”.

“La utilidad es muy buena porque la madera impregnada te puede durar entre 20 a 30 años y la reposición después de cada cosecha mecanizada es baja del orden del 5 al 7% anual. Además, los proveedores son de la zona lo que abarata los costos de envío”, explicó el ingeniero agrónomo.

Por su parte la ingeniero forestal, Yazna López, ejecutiva de la Exportadora San Rafael de la comuna de Yerbas Buenas, señaló que “todos nuestros huertos de arándanos, manzanas, peras y kiwis utilizan madera impregnada en polines, cabezales y guías que ayudan a criar y sostener los frutos de los árboles, favoreciendo el desarrollo de la industria frutícola en la zona porque es muy conveniente su relación precio calidad”.

Igualmente la madera impregnada está considerada en la normativa de las viviendas sociales donde es cada vez más solicitada por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) para evitar daños por termitas o humedad.

“Depende de los territorios donde se emplacen los proyectos la madera va a ser más utilizada. Este producto es un material renovable que más que producir CO2 absorbe CO2 y en ese sentido tiene varias garantías desde el punto de vista ambiental, más allá de los prejuicios culturales que hasta ahora evitan que se use tanto”, señaló Víctor Hugo González, arquitecto del Servicio de Vivienda y Urbanismo (SERVIU) de la Región del Maule

En este sentido el Arquitecto, Juan José Ugarte, miembro del Directorio del Centro de Innovación en Madera (CIM) de la Pontificia Universidad Católica de Chile asegura que la madera, durante todo su ciclo de vida, se comporta mejor que el concreto y el acero, en términos de energía capturada, contaminación y huella de carbono.

Además, existe otro producto que se presenta como una innovación en el Maule que es la confección de barreras camineras mixtas madera/metal que ha tenido bastante buena acogida principalmente en la Novena y Décima Región.

“Estamos viendo la posibilidad de introducirlas en el Maule porque ha tenido buenos resultados tanto estético como de mayor resistencia”, aseguró el Gerente de Preserva, Roberto Morales.

Los productores de madera impregnada ven con buenos ojos el futuro inmediato de ese subsector, con mayor capacidad de venta y propuestas de innovación que ampliarán la oferta y oportunidades de desarrollo para la Región.

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