Contra todo pronóstico, Latinoamérica a pesar de ser una región muy controlada por los grandes capitales y bastante conservadora en asuntos financieros, ha dado respaldo contundente a la criptomonedas desde sus inicios. Cada vez son más los latinoamericanos que se incorporan al uso y aceptación de este instrumento financiero digital.
La idiosincrasia latinoamericana, por ser una región de excolonias, siempre ha mantenido en su genética cultural el germen de la rebeldía y el pensamiento igualitario. Precisamente es este mismo impulso democratizador lo que hace tan atractiva la propuesta cripto, ya que se promueve el control del dinero por quien verdaderamente lo genera, y propicia la transparencia en la gestión. Es todo un invento revolucionario y anti sistema el nuevo modelo presentado por las criptomonedas.
Disminuir el poder a los grandes consorcios financieros opresores es demasiado seductor para el combativo espíritu de la región. Además de esto las economías latinoamericanas no son precisamente las más estables, justamente por este afán de pugna política, las criptomonedas representan un refugio más seguro para proteger los activos y diversificar las inversiones, requisito indispensable en países indómitos que generan estallidos sociales cuando la presión los ahoga.
Por ejemplo en los países donde ha habido más movimientos sociales, manifestaciones de calle, y protestas populares, caso de Chile por ejemplo, se ha evidenciado un pico de operaciones peso chieno – bitcoin que casi alcanza los 400 millones de pesos en tan solo un mes, algo nunca antes visto. La gente literalmente corre a los exchanges para poner a salvo su patrimonio, ya que por tratarse de un sistema con funcionamiento al margen de los gobiernos y donde la banca no puede meter la mano, está resguardado de restricciones (corralitos) y de incautaciones o congelamientos sorpresivos.
El gobierno chileno que ya está al tanto de esta estrategia financiera de sus pobladores, está buscando establecer un marco legal para tratar de implementar algún tipo de control sobre el modelo cripto, solo el tiempo dirá si les resulta efectivo o no. Pero si por ahora quiero comprar bitcoin chile puede hacer a través de diferentes plataformas. En el caso de Bolivia, cuenta con leyes que penalizan y criminalizan el manejo de las criptos y sin embargo los bolivianos hallan siempre la manera de comprar sus criptoactivos en mercados paralelos.
Por otro lado, en países con economías anómicas como Venezuela, donde todo es impredecible, las criptomonedas son perfectas para establecer un poco de orden ya que los indicadores dependen del mercado, no de caprichos de particulares que buscan generar conflicto. Esto lo saben bien los venezolanos quienes ya se han vuelto unos expertos en lectura de indicadores y búsqueda de alternativas financieras que les permita comerciar civilizadamente y salvaguardar aunque sea un poco sus limitados recursos. De igual manera, el envío de remesas ya se está efectuando a través del sistema cripto.
Ha tenido tanta importancia la cultura cripto en los países latinoamericanos que ya se cuenta con cajeros automáticos ubicados en las ciudades más importantes para comprar y vender los principales criptoactivos empleando moneda fiduciaria.
Además de esto ya se han emitido y están en circulación tarjetas recargables de criptomonedas con las cuales una persona puede desde otro país, hacer recargas a un familiar para apoyarlo con sus gastos cotidianos.
Cada vez más se observan personas de menor edad acercándose y manejando los términos y herramientas de criptomundo, lo que hace pensar en que definitivamente la economía digital llegó no solo para quedarse, sino para desplazar a las moribundas estructuras financieras tradicionales.
Quien no se empape de información relacionada con la criptoeconomía está destinado a ser atropellado por los rieles de esta innovación que lejos de detenerse apunta a desarrollarse con cada hora que pasa.