La ironía del transporte marítimo en Chile

El trasporte marítimo es el principal medio por el cual un país moviliza materias prima, mercancía y bienes desde o hacia otros Estados; de ahí que la mayor parte del comercio internacional se concrete por esta vía: importadores y exportadores dependen del sistema de transporte marítimo para movilizar sus cargas (90% de los productos terminados se movilizan por este método). De acuerdo con el Ministerio de Obras Publicas, Chile cuenta con 57 puertos que, según la Cámara Marítima y Portuaria de Chile, sirvieron para transportar 1.232.644 contenedores solo en el año 2012.

Por su especial ubicación geográfica y su status de país con una alta tasa de exportación, la economía chilena depende en gran medida de que cuente con un lubricado sistema de transporte marítimo, desde los puertos hasta la logística de los envíos; sin embargo, en este aspecto la realidad es algo contradictoria.

Desde hace algunos años Chile ha venido sufriendo de protestas y huelgas por parte de los trabajadores portuarios, huelgas que se extienden hasta el día de hoy, cuando los conflictos en el Puerto de San Antonio entran ya en su tercera semana debido al reclamo del pago retroactivo de la hora de almuerzo; o cuando las conflictos por los derechos sindicales se han extendido a 14 de esos 57 puertos, ocasionando importantes pérdidas económicas y oportunidades de inversión en nuestro país.

Importadores de Estados Unidos, país que se ha visto afectado al no recibir oportunamente los envíos de frutas como cerezas, uvas, etc., y el gigante del transporte marítimo, Maersk, coinciden en que esta huelga podría herir la imagen que Chile está tratando de cultivar de ser un país amigable para los negocios. Oficiales de Maersk Line afirmaron en una nota de prensa que “estas frecuentes huelgas en Chile hacen que potenciales socios de negocios se pregunten si los puertos chilenos son seguros y si deberían hacer negocios con otros países”.

Como respuesta a estas acciones, el gobierno ha optado por hacer uso de la fuerza pública, lo que ha traído como consecuencia el efecto contrario: profundizar la lucha sindical y el movimiento huelguista. De acuerdo con Fedefruta, por ejemplo, otra semana de huelgas le costaría a la industria de la exportación de fruta alrededor de $70 millones. Pero no solo en la exportación de alimentos se ve afectado el país, el comercio de metales también ha sufrido un duro golpe, debido a que 9.500 toneladas de cobre al día deberían salir de los puertos chilenos.

Obviamente, Chile no puede permitirse el que esta situación se le escape de las manos, sobre todo porque otros países, como Perú, que actualmente tiene una tasa de crecimiento del 6% anual, ofrecen seguridad portuaria para las empresas internacionales, pudiendo atraer eventuales clientes que podrían abandonar Chile en busca de más estabilidad; recordemos que en materia de comercio exterior, cumplir con los plazos de entrega es de vital importancia.

Por otro lado, una segunda noticia, esta vez en el lado optimista del asunto en cuestión, ha sacudido el tema del transporte marítimo, esto es, la fusión entre la empresa alemana de transporte de German Hapag-Lloyd AG y su competidor chileno, la Compañía Sud Americana de Vapores SA, que tiene previsto concretarse dentro de los próximos dos meses.

Esta fusión traería como resultado el nacimiento de la cuarta empresa de transporte de contenedores mas grande del mundo en términos de capacidad (un millón de contenedores de 20 pies), y que reportaría un ingreso anual de unos $12 billones de dólares, según The Wall Street Journal. Esta acción representa además una innovación, debido a que la fusión de empresas en el área del comercio marítimo es muy rara, ya que generalmente se encuentra dominada por núcleos familiares, lo que coloca a Chile como un ejemplo de autoafirmación en el proceso de globalización.

En todo caso, la economía no funciona como una función matemática donde una buena noticia borra los efectos de un mal momento en una determinada industria. Si bien es cierto, la fusión con Hapag-Lloyd AG representa un soplo de aire fresco para que los importadores de productos chilenos le den un voto de confianza a nuestro sistema de transporte marítimo, los efectos de las huelgas portuarias son definitivamente irreversibles; de ahí que parezca que las políticas gubernamentales en el tema carecen de coherencia y se produzca una especie de ironía en cuanto al tema.

El transporte marítimo no se trata simplemente de las embarcaciones y de trasladar mercancía del punto “A” al punto “B”, sino que abarca todo un sistema que parte, precisamente, desde los trabajadores portuarios. Se hace necesario entonces que el gobierno trate, cuanto antes, de consolidar una política más afín con los objetivos económicos que se ha planteado para el futuro.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *