El Instituto de Salud Pública (ISP) entregó un balance del proceso de inoculación contra el COVID-19, el que detectó una cifra baja de casos sospechosos y confirmados de alergias graves vinculadas con las vacunas en Chile.

Un informe, que fue elaborado con los antecedentes recopilados gracias al seguimiento del Centro Nacional de Farmacovigilancia, recopiló las notificaciones sobre reacciones alérgicas o anafilaxia detectadas en las dosis proporcionadas en la campaña iniciada a finales de 2020, la que se masificó durante este verano.

El análisis se centró en las inoculaciones proporcionadas entre el 24 de diciembre y el 2 de marzo. El total de dosis distribuidas hasta esa fecha fue de 3.671.086, de las cuales 3.378.552 corresponde a la Coronavac de Sinovac y 292.534 a la Pfizer/BioNTech, consigna El Dínamo.

El documento afirmó que hasta esa fecha se han pesquisado 62 casos sospechosos de “reacción anafiláctica”, de los cuales 27 incluyen los término “anafilaxia” o “reacción anafiláctica” en el reporte (21 fueron asociados a Coronavac y seis a la vacuna de Pfizer).

Los otros 35 reportes podrían constituir un cuadro de anafilaxia, de acuerdo a las manifestaciones clínicas descritas, por lo que aunque no mencionan ninguno de lo dos conceptos, se consideraron como sospecha de reacción anafiláctica. De este total, 28 eran Coronavac, cinco Pfizer y dos no declararon la marca de la vacuna.

De los 62 casos sospechosos, el grupo de expertos en Farmacovigiliancia de Vacunas ha evaluado 17, encontrando una relación directa entre la vacuna y la reacción alérgica en nueve de ellos (seis en Coronavac y tres en Pfizer).

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