Investigadores maulinos trabajan en extracción eficiente de compuesto que combate enfermedades

Se trata del hidroxitirosol que actualmente se usa en varios productos de la industria farmacéutica y que se obtendrá a través de procedimientos menos contaminantes que los utilizados hoy.

Pie de foto: Los científicos buscan extraer hidroxitirosol sin necesidad de usar solventes de hidrocarburos.

Desde hace décadas, se han hecho conocidos los beneficios para la salud que tiene el aceite de oliva. Pero no solo en su etapa final de producción, este óleo entrega sus bondades, también los subproductos que se generan en su elaboración podrían marcar la diferencia en el combate de varias enfermedades. El problema hasta ahora es que, si bien son buenos para la salud, su extracción es costosa y en el procedimiento se utilizan hidrocarburos que pueden generar contaminación del producto.

En la Universidad de Talca, un grupo de investigadores liderados por el académico Carlos Zambra lleva dos años estudiando un compuesto fenólico que se genera a partir de los desechos del aceite de oliva y que se denomina hidroxitirosol.

La iniciativa es parte de un proyecto Fondecyt Regular que se adjudicó 240 millones de pesos y que pretende realizar una extracción más eficiente, con menor costo, más limpia y con mayor concentración del compuesto que hoy es usado en la industria farmacéutica y cosmética como antioxidante y por su acción protectora cardiovascular y de disminución en el riesgo de cáncer. Junto con esto, el hidroxitirosol es un ingrediente activo para hidratar la piel y protegerla de los rayos ultravioletas, con efectos positivos en los lunares, disminuyendo así la probabilidad de cáncer de piel.

TÉCNICA VERDE

El profesor Zambra explicó que las técnicas patentadas para su extracción actualmente son muy caras y además utilizan solventes que se generan a partir de hidrocarburos, por lo que, a través de su investigación, espera desarrollar un proceso que sea de un costo menor, a escala industrial y que incorporé elementos más limpios o “verdes”.

“Nosotros estamos proponiendo unas técnicas que usan líquidos iónicos como solventes para extraer el compuesto, en un proceso que se denomina extracción líquido/líquido, para evitar por ejemplo, que queden trazas del solvente como ocurre cuando se utilizan hidrocarburos”, indicó el académico, quien destacó el trabajo multidisciplinario del proyecto que integra la mecánica computacional con la bioquímica.

“Esperamos sentar una base para más iniciativas y desarrollos futuros que sean tangibles para la industria, como puede ser la creación de prototipos”, precisó.

Una segunda arista de su trabajo, es el desarrollo de una modelación matemática desde la propuesta de la mecánica computacional, utilizando el método de volúmenes finitos que permite simular los efectos espaciales de estos fluidos que se están analizando y, de esta forma, resolver las ecuaciones de transporte, momento, temperatura, energía y masa que se requieren para que desarrollen el proceso de obtención del polifenol más óptimo.

Como parte del proyecto, el profesor Zambra, colabora con un equipo de especialistas de la Universidad de Murcia en España, encabezados por el decano de la Facultad de Química de dicha Casa de Estudios, Pedro Lozano y que incorpora a la profesora asociada, Susana Nieto, quien es especialista en temas de catálisis enzimática.

La académica realizó una estadía en el campus Curicó de la Universidad de Talca durante dos semanas para trabajar en el desarrollo de estas técnicas con el profesor Zambra. “Estamos efectuando pruebas en nuestros laboratorios de química y hemos tenido interesantes resultados. Partiendo de esto esperamos obtener un producto con mayor concentración del compuesto”, afirmó el académico de la UTALCA.

La profesora dictó además dos conferencias sobre sus investigaciones y las tecnologías que desarrollan. “Trabajamos con solventes nuevos que se consideran verdes, que se pueden recuperar completamente para reutilizarlos, permitiendo que se usen para una gran cantidad de reacciones químicas. Hoy estos líquidos iónicos se utilizan en muchas aplicaciones, por ejemplo, en baterías de móviles, nanomateriales y para reacciones químicas orgánicas, entre otros”, explicó Nieto.

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