Especialista explicó por qué el COVID-19 sería una enfermedad vascular y no respiratoria

El COVID-19 sería una enfermedad vascular de acuerdo a un nuevo estudio del Instituto Salk de Estados Unidos, y que fue recientemente publicado en la revista Circulation Research. La investigación daría luces sobre el funcionamiento del virus SARS-Cov-2 en el organismo humano, cambiando la percepción de que esta es una enfermedad respiratoria, como se pensaba en un principio, y estableciendo que se trataría de una afección al sistema endotelial, es decir, el tejido que recubre todos los vasos sanguíneos del cuerpo.

La doctora Dayana Machado, médico internista y directora del programa de Medicina Interna de la Universidad de Talca, aseguró que esta investigación permitirá conocer de mejor manera cómo opera esta patología. “El estudio es un modelo experimental que se hizo con partes del virus, con las proteínas spike y su relación con las células endoteliales, que son aquellas que recubren los vasos sanguíneos”, sostuvo.

Según explicó la doctora Machado, los resultados concuerdan con lo observado en la práctica clínica. “Hemos visto cierto tipo de pacientes con co-morbilidades como diabetes, hipertensión, y algunas otras, incluso desde el punto de vista respiratorio, que tienen mayor riesgo de tener este tipo de enfermedad y pueden aún complicarse más”. Añadió que la información “tiene mucho sentido porque estos pacientes de base tienen una disfunción endotelial”.

Además, aseguró que estos resultados serían de importancia para continuar indagando en la materia y conocer aún mejor como opera esta enfermedad. “De seguro este estudio hará posible muchas nuevas investigaciones, sobre todo la correlación de estos hallazgos con las posibles terapias que se puedan implementar para evitar la progresión de esta disfunción endotelial”, agregó.

Asimismo, la docente de la UTalca manifestó que este estudio recalca la importancia de la inoculación contra el Coronavirus. “Este tipo de observaciones le da más valor al tema de la vacunación porque la vacuna no solo evita las formas graves de la enfermedad, sino que la generación de anticuerpos contra esta proteína de alguna manera nos protege de su efecto directo sobre el endotelio”, concluyó Machado.

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