Fueron agricultores que trabajaban la tierra en un sector rural de la comuna de Molina los que alertaron a la policía sobre un sorprendente hallazgo que pudo haberles costado la vida. Y es que en medio del campo y enterrados a menos de cincuenta centímetros se encontraba un lanza cohetes aún activado, dos fusiles M-16 y cerca de cien tiros.
La fiscal jefe de Molina Mónica Barrientos solicitó la presencia inmediata de personal del Gope y Labocar con el fin de periciar las armas de guerra encontradas y determinar si era posible levantarlas o era necesaria su destrucción. Tras varios análisis el personal especializado de Carabineros determinó que para la seguridad de la comunidad se debía destruir el lanza cohetes tipo law.
De esta forma y luego de que personal de Labocar levantara los fusiles y las municiones, con explosivos de alto impacto el grupo de operaciones especiales trabajo en el lugar destruyendo el arma de guerra con una explosión.
“Vamos a ver con Labocar de Santiago para que efectúe los peritajes químicos que se tienen que realizar y con ello determinar la data y las características determinadas de las armas y todo los otros aspectos relacionados con las mismas”, afirmó la fiscal Barrientos.
En cuanto a los fusiles estos presentaban claras muestras de oxido y por el paso del tiempo estaban completamente inutilizados al igual que las balas encontradas.