El ‘top 10’ de los errores de la dieta moderna

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En la lista de los errores de la dieta moderna identificados por los expertos, extraemos el ‘top 10’, es decir, los más habituales o los más llamativos:

1. Demasiados azúcares refinados. Quizá no te hayas dado cuenta pero consumes más azúcar de la que crees. El gran problema del consumo de azúcar es que está en todas partes y no es tan fácil identificarla. No se encuentra solo en los alimentos dulces, también en las salsas como la de soja o en el maíz en conserva que a veces echamos a las ensaladas. Recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha denunciado la cantidad de azúcar que contiene el ketchup: una cuchara sopera tiene unos 4 gramos de azúcares.

El consumo de azúcar se ha disparado en los últimos 160 años, hasta el punto de que se calcula que el consumo de azúcar, incluida en distintos productos, aporta alrededor de 500 calorías diarias.

2. Demasiadas bebidas con gas y zumos de frutas envasados. Es lo peor de la dieta moderna y deberíamos plantearnos seriamente empezar a comer con agua. Beberse el azúcar es todavía más peligroso que masticarla porque el cuerpo sintetiza de manera diferente las calorías que provienen de los líquidos y las que provienen de los sólidos. Cada vaso de refresco que te tomas eleva en casi un 60% las probabilidades de ser obeso.

3. Comemos porciones demasiado grandes. Sí, así en general podemos decir que se consumen más calorías de las que se van a quemar a lo largo del día. La sobrealimentación es uno de los problemas del Primer Mundo. Los alimentos procesados, los azúcares y los lácteos componen un cóctel calórico que resulta difícil de quemar con la actividad diaria.

4. Se han eliminado totalmente grasas tradicionales en favor de los aceites vegetales procesados. Es algo que durante mucho tiempo ha formado parte de las recomendaciones de dietistas y nutricionistas. Sin embargo, ahora se ha visto que los aceites procesados son ricos en omega-6, un ácido linoleico que se relaciona con un mayor riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer. Además, estos aceites procesados se hidrogenan a menudo y acaban transformándose en grasas trans.

5. Hemos dejado de comer mantequilla. No es el elemento más sano, pero puestos a consumir sustitutos es mejor quedarse con la versión original y natural. La mantequilla contiene nutrientes que protegen frente a las enfermedades del corazón, entre ellos la vitamina K2.

6. Nos hemos dejado seducir por la soja sin reparar en que es un alimento muy calórico. La soja es beneficiosa para la salud, pero el aceite de soja es una fuente importante de calorías. Esta grasa suele ser común en los alimentos precocinados, por eso se cree que la mejor manera de evitarlos es dejar de comprar comida procesada o elaborada.

7. Consumimos mucho trigo. Podemos encontrarlo en infinidad de alimentos, desde el pan hasta la pastas, los pasteles o las pizzas. Pero el trigo de hoy no se parece mucho al tradicional: contiene entre un 20% y 30% menos de minerales como magnesio, hierro, zinc y cobre. Además, es mucho más perjudicial para las personas con intolerancia al gluten.

8. Casi no comemos huevos. Su consumo ha bajado más de un 30% en los últimos años. Si en 1950 comíamos 375 huevos al año ahora esa cantidad se ha reducido a 250. El huevo es un alimento de alta calidad y muy nutritivo. Para mucho nutricionistas es casi un alimento perfecto.

9. Comemos más comida precocinada que nunca. El consumo de comida procesada ha aumentado en las últimas décadas, con sus correspondientes cantidades de azúcares, aceites vegetales y grasas trans. Los expertos aconsejan examinar las etiquetas antes de comprar comida procesada pero es preferible eliminar esos platos de la dieta.

10. Nos encanta castigarnos con dietas bajas en grasas que ya se sabe que no funcionan. Creemos firmemente que para perder peso debemos renunciar a todas las grasas y no es así. El organismo no debería quedarse sin colesterol bueno (HDL) y sin la grasas que recubren las células. Además estas dietas tienen un comprobado efecto rebote. En algún momento se volverá a comer con grasa y el cuerpo entonces se tomará la revancha.

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