Efectos de las heladas en la agricultura: Sepa cómo enfrentar las bajas temperaturas

Cuando las temperaturas han descendido notoriamente durante las últimas semanas en la Región, desde el área agrícola comienzan a vislumbrar las primeras consecuencias, que podrían causar las heladas en los cultivos de la zona.

El valle de Curicó posee un clima mediterráneo, propenso a sufrir distintos tipos de heladas. Según explicó el académico de Agricultura de Precisión de la Escuela de Agronomía de la Universidad Católica del Maule (UCM), Miguel Araya Alman, este fenómeno produce daños porque el agua al interior de las células de las plantas se congela y se expande, rompiendo las paredes celulares y provocando muerte de tejidos.

En el Maule se pueden presentar dos tipos de heladas: las radiativas y las advectivas. Las primeras, ocurren en los meses fríos del año cuando el cielo está despejado durante el día y la noche. Así, el calor acumulado durante el día se pierde a medida que disminuye la actividad del sol (al anochecer). Luego, al no haber nubosidad que retenga ese calor, se produce un rápido descenso de temperatura y comienza el efecto de la helada.

Radiativas y advectivas

Las heladas radiativas tienen dos categorías, estas son las heladas blancas y las heladas negras. Las heladas blancas presentan escarcha, la cual es producto del rocío -vapor de agua- que se congela. Mientras que las heladas negras presentan temperaturas bajo los 0ºC, pero al contrario de las heladas blancas, no se forma hielo al exterior de las plantas.

“En la agricultura, las heladas blancas provocan menos daños que las heladas negras, ya que, al producirse escarcha, existe congelamiento en el exterior de las plantas, mientras que, en las heladas negras, el daño es al interior de las células provocando rotura de las mismas y daños irreversibles”, detalló el docente UCM.

El experto en Agricultura de Precisión de la UCM, dijo que el otro gran grupo de heladas son las del tipo advectivas, también llamadas heladas polares, que se caracterizan por ser generadas a través de grandes masas de aire frío, que fluyen desde el polo hacia el continente, presentando nubosidad, vientos moderados a fuertes, baja humedad relativa, en definitiva, son masas de aire seco y frío.

“Tal vez la característica más importante es que presentan temperaturas bajo 0ºC, casi durante todo el día y pueden prolongarse por varios días dependiendo del tamaño de la masa de aire. Es el tipo de helada más dañino que existe en la naturaleza y son las más difíciles de combatir”, puntualizó el experto.

Daños

El daño que pueden ocasionar las heladas en los cultivos, depende de muchos factores. Por ejemplo, las características fisiológicas de la planta, pueden atenuar el daño. Esto ocurre cuando una planta moviliza el agua en su interior para aumentar la concentración de solutos en aquellos órganos más susceptibles al congelamiento.

Otro de los aspectos a considerar es el estado nutricional y sanidad de la planta, que también juegan un rol muy importante, ya que las plantas débiles están más propensas al daño.  A esto se sumaría, el estado de desarrollo en el que se encuentren al momento de la aparición de las heladas, ya que en estadios como brotación y floración, caracterizados por generación de tejidos nuevos en la planta, puede existir un daño mayor que en estadios más avanzados.

“Se debe incluir en las estrategias de manejo agronómico de la zona, el control y prevención del daño por heladas. Es importante considerar la topografía del valle de Curicó, ya que, ante diferencias de altitud, como las laderas, lomajes y cerros, puede existir un gradiente de temperatura considerable”, acotó el experto de la Escuela de Agronomía de la UCM sede Curicó.

Según explicó el académico, ante diferencias de altitud de los terrenos, se genera una significativa variabilidad de temperatura. “En una diferencia de altitud de 15 metros, puede existir hasta 6ºC de diferencia de temperatura entre la zona más alta (a 2ºC por ejemplo) y la zona más baja (a -4ºC). Entonces, los responsables del diseño de huertos o de establecimientos de cultivos deberían considerar esta situación. Así, los sectores bajos de un huerto, que presentan un mayor riesgo de heladas, pueden destinarse a cultivos resistentes o de brotación tardía”, puntualizó.

Mitigar los riesgos de las heladas

Existen distintas estrategias de protección contra heladas. Por ejemplo, las coberturas o mulchs, que pueden ser plásticas u orgánicas y ayudan a mantener una temperatura constante en el suelo, aun cuando se presente una helada.

“La protección que ejerce la cobertura recae directamente sobre las raíces, lo que proporciona mayor resistencia a la parte aérea de la planta. Inclusive, una helada puede afectar severamente la estructura superior de una planta provocando la muerte de una gran parte de los tejidos, pero si este daño no llega a afectar la parte subterránea, existe la posibilidad de que la planta no muera y según el manejo que se le proporcione, pueda recuperar paulatinamente su desarrollo”, detalló.

Según el académico, Miguel Araya Alman, el agua también es utilizada para proteger los cultivos. Suelen utilizarse aspersores sobre y bajo las plantas, micro-aspersores, riego por tendido y niebla artificial, entre otros, que contribuyen a disminuir la energía de la helada. También, están las estufas de combustible sólido, líquido o gas, que pueden ser posicionadas de manera estratégica en el campo, la recomendación que entrega el experto, apunta a que deben tener capacidad de funcionamiento continuo por al menos ocho horas.

Otra de las sugerencias que entregó el docente UCM, es respecto al uso de sustancias químicas como reguladores de crecimiento o concentrados solubles, que también pueden ser aplicados de manera sistémica antes de que ocurra la helada, con el fin de aumentar la concentración de solutos al interior de la planta.

A esto se suman las mallas antiheladas, que han sido implementadas con gran éxito en los campos, medida que puede proteger de heladas de hasta -5ºC y permiten proteger a los cultivos de otras amenazas como el viento, lluvia fuerte, granizo y plagas.

“Es conveniente indicar que cualquier método actual no es 100% efectivo ante una helada de proporciones mayores como son las del tipo advectiva. Un ejemplo de esto, fue lo que ocurrió en el año 2013, cuando dos frentes polares se instalaron por más de dos días cada uno, en el transcurso de un mes, debilitando y dañando incluso a los cultivos más resistentes (frutales de hoja caduca), y provocando catastróficas pérdidas a gran parte de los agricultores de la zona central de Chile”, sostuvo.

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