Disfruta del amor y aprende cómo alivianar las acaloradas disusiones con tu pareja

Acaso el amor no es lo más grande? Claro que sí… hasta que tu chico consigue sacarte de tus casillas. Discutir o no discutir, esa es la cuestión. O cómo discutir. Según los expertos en las relaciones de pareja, el 45 por ciento de las que afirman estar descontentas se pelean con frecuencia. “Todo el tiempo”, consideran algunas. La estrategia más inteligente para apaciguar las discusiones menores es limitarlas en lo posible y, sobre todo, impedir que se acaben convirtiendo en peleas en toda regla. No es cuestión de callarte ante las cosas de él que no te gustan pero sí de tratar el tema con más amor (y humor) que con malas ganas. Y, por supuesto, nunca hay que dejar que las discusiones suban demasiado el tono y abusen de frases hirientes porque la vuelta atrás es muy difícil. Cuando estás echando chispas, intenta seguir estas pautas por el bien de la coexistencia en casa.

1. Convierte tus diferencias en un juego
Está claro, ninguno de los dos quiere hacerse cargo de las tareas desagradables de la casa (limpiar, pasar la basura, planchar,… cada uno tiene las suyas). La solución pasa por establecer turnos rigurosos y a poder ser demostrables: “Querido, hoy te toca a ti” ; o por dejar que el azar decida y jugároslo al clásico “piedra, papel, tijera”, o a una partida de Angry Birds. La idea es convertirlo en una competición divertida, con la que acabes recordando que no es necesario enfadarse.

2. Inventa un guiño
No se trata de poner a prueba tu memoria y añadir otra clave más al montón que haces servir a diario pero… ¿sabías que utilizar un guiño de complicidad o frase mágica puede relajar el ambiente cuando las discusiones son muy intensas? Puede distender la pelea, levantar el ánimo y recordaros que habéis pasado momentos increíbles juntos. Inspiraos en un recuerdo gracioso o en una broma privada a la hora de escoger la señal.

3. Amenízalo con emoticonos
Decir “No me importa” en un mensaje de texto cuando él te pregunta qué quieres para cenar puede sonar peor de lo que pretendías y… provocar una pelea. Si tú estás en la cocina y el mensaje es suyo tampoco te gustará, reconócelo. Para quitarle hierro al asunto y dulcificar tu opinión hazte fan de los emoticonos: inserta en tus mensajes corazones, smileys, jarras de cerveza o palmeras para darles una nota de complicidad, optimismo y frivolidad a tus respuestas rápidas a temas poco controvertidos.
Si esto no sirve para poner un poco de calma, empieza a marcar su número. El hecho de oír el tono y la expresión de la voz de tu pareja te puede servir para hacerte una idea de cómo te lo encontrarás al llegar a casa.

4. Dilo con gracia
Un intercambio de palabras insulso puede desembocar en una batalla si tiráis de agravios y os empezáis a lanzar acusaciones tipo:”Nunca haces la cama, ¡siempre tengo que hacerla yo!”. Hablar en tercera persona sobre el asunto en cuestión puede servirte para evitar ataques personales. Cuanto más te distancies de ti misma, más sencillo te resultará comprobar que no se trata de un problema con tu pareja o de vuestra relación en sí. Sois simplemente dos personas con un punto de vista diferente sobre un asunto de poca importancia.

5. Baja la voz
Echar una bronca a gritos no te llevará a ninguna parte: un estudio reciente ha concluido que un tono de voz elevado durante una discusión de pareja está relacionado con un aumento del ritmo cardiaco, con el cortisol (la hormona del estrés) y con la aparición de lenguaje verbal y no verbal negativo. Habla en susurros y notarás que baja la tensión. El susurro implica que no quieres insistir con tus argumentos y provoca que ambos os tengáis que prestar atención y podáis pensar lo que vais a decir antes de abrir la boca.

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