En las últimas décadas, la relación entre juventud y aquellas acciones o prácticas desarrolladas que implican poner la vida en peligro moral y/o físico, han cobrado relevancia debido a que éstas se han sostenido en el tiempo.

Desde las Ciencias sociales se plantea que este tipo de prácticas están asociadas a la definición de juventud, cómo un momento de constitución de la identidad que implica riesgos y el desplazamiento de las normas. Lo cual implica rasgos especialmente complejos, en cuanto el ingreso a la vida adulta se suma la confusión en los referentes de sentido propia del joven. Desde ésta óptica, una real prevención de las conductas de riesgo supone primordialmente que la sociedad cuente con una política de juventud sólida que este enmarcada en favorecer la capacidad que los y las jóvenes se sientan protagonistas de su propia vida, capaces de crear y ser reconocidos/as.

No obstante a lo anterior, sin duda que existe una marcada interpretación mediática que asocia de manera directa a los jóvenes con el consumo de drogas ilícitas y sus efectos nocivos, lo que contribuye a una percepción muchas veces equívoca del real efecto de este problema en la juventud.

Los resultados de la Séptima Encuesta Nacional de Juventud (2012), en la temática de consumo de drogas revelaron:

En lo referente al consumo de drogas lícitas e ilícitas, es posible observar que el alcohol es la sustancia más consumida por la población joven de la Región del Maule en los últimos doce meses, seguido por el tabaco y la marihuana. El consumo de alcohol, cigarrillo y marihuana regional es menor al registrado en el conjunto de la población joven del país (56%, 45% y 12%, respectivamente). Asimismo, es importante destacar que hubo una reducción en todas las drogas lícitas e ilícitas al contrastarlas con los resultados del informe regional de la VI Encuesta Nacional de la juventud (2009), y en particular el consumo de alcohol que disminuyó 10 puntos porcentuales.

Otra de las aristas relevantes de abordar en torno al consumo de drogas en la población joven, refiere a la frecuencia del consumo de drogas. Al respecto, es pertinente puntualizar que en el caso del alcohol, el porcentaje que ha consumido más de una vez al mes bajó de 47 a 27%, al compararlo con el año 2009.

Los resultados datos entregados por la Séptima Encuesta Nacional de Juventud, nos ayudan a situar que el fenómeno del consumo de alcohol y drogas, desde los propios jóvenes, sí ha tenido avances positivos En efecto, da cuenta que las políticas de prevención en consumo de alcohol y drogas, del Gobierno del presidente Sebastián Piñera, ha optado por una orientación correcta, en cuanto a la implementación de un diseño fundado y líneas de acción diferenciadas. Sin embargo, siguen siendo cifras preocupantes y un importante desafío para las políticas públicas pertinentes.

Por: Rodrigo Assadi Cubillos, Director regional INJUV Maule

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