Científicos de Chile y Francia ahondarán más sobre las bondades de la quínoa

Proyecto financiado por Conicyt fue adjudicado a la Universidad Católica del Maule.
A partir de junio y por un periodo inicial de seis meses, el Dr. Thierry Winkel, investigador francés experto en enfoques y metodologías de ciencias de sostenibilidad, se integró a la Universidad Católica del Maule (UCM) para apoyar la investigación Baquiana, “Bases sociales y ecológicas para la gestión participativa de los recursos genéticos de la quinua en comunidades de agricultura familiar de la región del Maule” que impulsa la académica de la Escuela de Trabajo Social, Lizbeth Núñez.
Este proyecto, en su primera etapa 2017, es financiado por la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT), en tanto una segunda etapa 2018 cuenta con financiamiento del Estado de Francia, pues gracias a la participación del Dr. Winkel se cuenta con la colaboración de su institución de cooperación científica IRD, que apoya para completar procesos de acción productiva campesina y académica.
La presencia del Dr. Winkel, tendrá un conjunto de objetivos académicos y socioculturales, destacando en la región del Maule, el diseño y ejecución de un programa piloto de investigación-acción con productores de agricultura familiar en la gestión participativa de producción y comercialización de quínoa en el Maule y regiones aledañas; además de acompañar y fortalecer el desarrollo de temas vinculados al desarrollo territorial rural y sustentable en modalidades apropiadas en campos interdisciplinarios de Trabajo Social, Sociología y Agronomía.
“Sabemos que, en varias partes del mundo, hace un tiempo hay un interés creciente por el cultivo de la quínoa, que representa una oportunidad muy interesante para los productores de Sudamérica para mejorar sus ingresos y para su mismo consumo también”, explicó el investigador respecto al contexto de esta iniciativa que tiene un potente sentido social para la región.
¿Por qué la quínoa?
Este cultivo originario de América del Sur había estado desapareciendo, en Chile y Argentina, pero se mantenía en Bolivia, Ecuador y Perú, de acuerdo a lo sostenido por el experto en ruralidad. En ese contexto, su consumo se daba principalmente en el campo, habiendo desinterés por él en la ciudad, pese a las beneficiosas particularidades de este grano como su alto valor nutricional, alto contenido proteico, variedad de aminoácidos equilibrados, ausencia de gluten y versatilidad, entre otras.
“Esta investigación está vinculada a un alimento estratégico para la seguridad alimentaria de las próximas décadas, con los desafíos estratégicos del milenio, es decir, tiene muchas implicancias desde el punto de vista de lo social, tanto como alimento como cosecha para la agricultura familiar campesina”, complementó la académica UCM en torno a las oportunidades que se desprenden del cultivo de este producto.
En esa línea, la académica Lizbeth Núñez complementa que “esto está realmente constituyendo una opción económica para los pequeños productores agrícolas, sobre todo pensando que son de las zonas costeras y del secano interior del Maule que son zonas empobrecidas, vulnerables, distantes y distintas a nuestras zonas urbanas”. Con todo, se busca una recuperación y difusión del patrimonio campesino que significa esta cosecha y todas las costumbres y beneficios asociadas a ella.
Cabe consignar que en el Maule -históricamente- ha habido producción de los adultos mayores y de generaciones anteriores. La quínoa ha sido parte de la dieta del mundo campesino pues se tiene evidencia histórica de su presencia en la mesa rural del Maule y se fue perdiendo con la modernidad y el cambio cultural que conlleva la actual globalización. Sin embargo, su cultivo se mantiene en algunos rincones de la región donde prevalece la costumbre, la tradición y las ganas de seguirla consumiendo.
El Dr. Winkel estará hasta noviembre de este año, colaborando con una línea de investigación científica que se viene desarrollando desde hace más de diez años en Chile y en especial en el Maule. Sin duda, un trascendental aporte que radica en la riqueza de sus conocimientos científicos y especialmente sus experiencias de vida en zonas campesinas del mundo.

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