Chanco, el pueblo salvado de las dunas gracias a visionarias plantaciones forestales

A fines del siglo XIX el botánico alemán Federico Albert, plantó arbustos y árboles con el propósito de contener el avance de las arenas y así proteger a las familias que habitaban la zona. Hoy esas pioneras plantaciones forestales conforman una de las siete reservas nacionales de CONAF en la Región del Maule.

La comuna de Chanco, ubicada en la costa al sur de la Región del Maule, enclavada en una zona de mar abierto y playas bravas, es famosa por su producción de quesos y patrimonio arquitectónico. Sin embargo, en la historia de Chile tiene además un lugar destacado porque estuvo a punto de ser sepultada por el avance incontenible de las dunas litorales.
Su salvación llegó de la mano del profesor y biólogo alemán Federico Albert –considerado el padre de la conservación de los recursos naturales en Chile- quien ideó un visionario plan de forestación del lugar que hoy es motivo de orgullo para la región y que está plasmado en la Reserva Nacional que lleva su nombre.

Tal como destaca el sitio web de senderismo www.andeshandbook.org: “la Reserva Nacional Federico Albert debe ser uno de los pocos lugares en Chile en que árboles exóticos como eucaliptos y pinos se encuentran protegidos por el Estado”.

Las razones se remontan a los siglos XVI y XVIII, cuando llegaron a la zona numerosas familias atraídas por lavaderos de oro y zonas aptas para el ganado y la agricultura. Hacia 1890, sin embargo, las dunas ya habían sepultado varias casas, amenazaban con hacer desaparecer Chanco y terrenos fértiles y obligaban a sus propietarios a huir del lugar.

Ante este inminente desastre, el gobierno del Presidente Balmaceda envió a la zona a Federico Albert con la misión expresa de detener el avance de las dunas y evitar la desaparición del pueblo de Chanco.

Viendo la gravedad del problema y la necesidad de una solución rápida y efectiva, este botánico alemán optó por plantar árboles, cuyas raíces se agarraran fácilmente al suelo y no necesitaran mucha agua para vivir, con lo cual logró formar una barrera natural contra el avance de las dunas.

La fórmula, basada en plantaciones de pino y eucalipto preferentemente, fue un éxito total y esas especies hoy son un bosque centenario que se puede apreciar visitando la Reserva creada en 1981 en los mismos terrenos donde se inició el visionario plan. Hoy es una de las siete reservas nacionales con que cuentan los maulinos y un polo de atracción científica, histórica y turística, distante 48 a kilómetros de Cauquenes.

El jefe del Departamento de Áreas Silvestres Protegidas de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), Felipe Barrios, recuerda la historia de la Reserva. Cuenta que el avance hacia el este de las dunas de Chanco generó la pérdida de suelos agrícolas y de predios de pasto que servían para alimentar el ganado para la producción lechera y la fabricación de quesos que hizo reconocido este lugar.

“Rápidamente –cuenta- algunas casas comenzaron a quedar cubiertas por las arenas. La creación de este bosque –hoy parque Federico Albert- pudo contener y fijar las dunas. Sin duda, si no se hubiera realizado esta plantación, es casi seguro que Chanco no existiría actualmente”.

El profesional destaca que la Reserva no sólo es un referente para el control de la erosión y las dunas. “Es mucho más que un plantación forestal de poco más de un siglo de antigüedad, que además sería imposible lograr con especias nativas en un periodo tan corto de tiempo. Esta área es un verdadero ecosistema artificial donde interactúan flora y fauna, tanto nativa como exótica. Además, es un excelente ejemplo de la importancia que tienen los bosques en la protección de asentamientos humanos”.

A estos positivos efectos, añade la entrega de servicios ambientales como calidad del aire, y la oportunidad de realizar actividades recreativas y educativas con la comunidad.

Respuesta a desertificación

El profesional de CONAF señala que la historia de Chanco podría repetirse en otras localidades del país como resultado del avance de la desertificación, un problema mundial al cual nuestro Chile no está ajeno.

“Cada nación debe abordar esta materia de acuerdo a su realidad, pero sin duda existen muchas similitudes en la técnicas silvícolas que se utilizan, de hecho los chinos están utilizando plantaciones para detener el avance del desierto de Gobi. En nuestro país podemos encontrar una experiencia similar en el pueblo de Llico y otros ejemplos en la zona de Santo Domingo”.

Federico Albert Taupp, también ejerció la docencia en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Nacido en Berlín, bachiller en botánica y doctorado en Ciencias Naturales, trabajaba en el Jardín Botánico de Berlín, cuando junto con otros jóvenes científicos europeos llamó la atención del gobierno chileno, dirigido por el Presidente José Manuel Balmaceda, quien deseaba organizar un Instituto Pedagógico. Albert fue contratado para ejercer la docencia en la naciente institución en 1889 y con el tiempo fue uno de los fundadores del actual Museo Nacional de Historia Natural, entre otros aportes.

A juicio del experto de CONAF, el legado de Federico Albert es ampliamente respetado en la zona y en Chile, destacando que muchas entidades de la región, como un colegio, una calle, una ONG y la propia Reserva, llevan su nombre, como una forma de rendir tributo a la obra que realizó.

“Sin duda –subraya Felipe Barrios- fue un visionario y adelantado a su tiempo, ya que su nombre está estrechamente ligado a la creación del Sistema Nacional de Áreas Protegidas en nuestro país y su trabajo sentó las bases para las técnicas silvícolas que más tarde enseñarían distintas escuelas de ingeniería forestal en nuestro país”.

Aporte al turismo

Pero la Reserva no sólo es un símbolo y ejemplo del triunfo de los bosques sobre las dunas, también ha abierto una arista turística. La directora regional del Servicio Nacional de Turismo (Sernatur), Carolina Reyes, indica que la Reserva “ha permitido que Chanco se desarrolle económicamente no sólo a través de la agricultura o la producción de frutillas o quesos, sino que además ha abierto la puerta a nuevas actividades que la ponen dentro de un escenario importante dentro de la Región del Maule. Ello gracias a que esta área silvestre protegida del Estado aporta con su atractivo y biodiversidad a atraer a cientos de visitantes que hoy en día lo consideran una parada obligada para quienes recorren la costa del Maule Sur”.

Según estimaciones del INE, la Reserva es visitada anualmente por más de siete mil personas, lo que da la oportunidad a emprendedores y empresarios turísticos para promover actividades y sus productos, como las playas de Loanco y Monolito, su rica gastronomía chilena o la devoción religiosa que genera la Virgen de la Candelaria.

Hoy en día, Chanco forma parte de una Zona de Interés Turístico junto a Pelluhue y se encuentran en proceso de elaboración de un plan de acción que les permitirá hacer más visible sus bellos parajes. Además, es parte del Destino Costa Maule, siendo un área turística priorizada por parte de Sernatur y, al mismo tiempo, recibe el aporte del Estado a través del Programa de Gestión Territorial de Zonas Rezagadas.

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