Algunos efectos económicos del Covid-19 en la Región del Maule

En efecto, el panorama económico internacional es adverso. Los mercados globales están reaccionando negativamente ante la emergencia sanitaria del coronavirus. Las bolsas de valor han caído considerablemente a partir de la última semana de febrero. Desde el 24 de febrero hasta el 18 de marzo la caída del Dow Jones y DAX han sido 28,83% y 35,24%, respectivamente. Por su parte, desde el 21 de febrero al 18 de marzo el índice BOVESPA ha caído 41,16%. Ante estas cifras, parece inevitable la venida de una fuerte recesión global. Este contexto internacional afectará en general a la economía interna, sobre todo en temas sensibles como los fondos de pensiones.

Respecto a los precios, por una parte, el tipo de cambio del peso chileno está acercándose peligrosamente a los $900 pesos, lo que encarecerá los productos importados. Por otra parte, y para alivio de los consumidores locales, el precio del petróleo WTI cayó 64,7% en lo que va del año, situándose en U$21,59 al 18 de marzo de 2020.

China y Estados Unidos son los principales socios comerciales de Chile, y de hecho también, de la región del Maule. Por tanto, es evidente que los efectos negativos que el Covid-19 pueda ocasionar en dichos países va a afectar a Chile y en particular a la región, esto a pesar de la medida global tomada en torno a no cerrar las fronteras comerciales. En la región del Maule, la mayor concentración de exportaciones suele estar en la industria manufacturera con la fabricación de celulosa, papel y carbón, seguido del sector silvoagropecuario donde destaca las exportaciones de frutas sin hueso y del sector industrial en donde destaca la actividad de bebidas, líquidos y alcoholes. En el contexto de crisis, las exportaciones más vulnerables serán aquellas relacionadas a productos perecederos, por tanto, la repercusión en las exportaciones de la región estará dada por las particularidades de cada producto, pero no esperamos que sea especialmente grave en comparación con el resto del país. La buena noticia es que China -en donde se originó el virus y quien es nuestro principal socio comercial-, ya está dando señales claras de superación del problema, aunque hay que seguir alertas pues en Estados Unidos se estima que el nivel de contagios aún no llega a su estado pico, y las medidas económicas y sociales tomadas van en aumento.

En la región del Maule aproximadamente el 22% de los trabajadores ocupados son trabajadores por cuenta propia, de éstos más del 50% son trabajadores informales, lo que suele estar asociado a condiciones de precariedad laboral y de mayor vulnerabilidad ante momento de crisis, esto debido a su exposición al virus y a la disminución en las ventas por la contracción del consumo por parte de los hogares.

La población maulina es de aproximadamente 1.044.950 habitantes, de los cuales el 12% son personas mayores de 65 años, quienes constituyen el grupo etario más vulnerable a contagio. En la región, los adultos mayores suelen convivir en el hogar junto con los demás miembros de la familia, por lo tanto, el cuido de todo el núcleo familiar es menester. Por otra parte, la densidad poblacional se registra en 34,49 habitantes por kilómetro cuadrado, lo que clasifica como densidad poblacional baja, es decir, menos vulnerable a la propagación. Aunque claro, los focos urbanos son los más susceptibles de contagio. En la región el total de viviendas es de aproximadamente 411.201, de las cuales el 70% son urbanas, existiendo muy pocos edificios de habitación, lo cual facilita el aislamiento de los grupos familiares.

En la región del Maule, la población considerada en estado de pobreza por ingreso es de 12,7% y de pobreza multidimensional es de 22,5%. Dicho grupo social es el más vulnerable en momentos de crisis pues no cuenta con ahorros que le permita enfrentar reducción momentánea en el flujo de ingresos, ni adquirir los bienes necesarios para soportar medidas de cuarentena. En un mundo cada día más interconectado, este tipo de pandemias y crisis económicas serán cada vez más habituales, por tanto, es indispensable que aprendamos a ser agentes económicos responsables. Acciones como las compras impulsivas solo exacerban los efectos adversos de la crisis y acentúa la desigualdad, pues los grupos más vulnerables suelen ser los que tienen menos recursos económicos.

El informe presentado de casos confirmados de infectados por el Covid-19 al 18 de marzo de 2020, posiciona a la región del Maule como la tercera región con más casos, por tanto, es claro que el desafío que enfrenta la región es alto. Sin embargo, la alta ruralidad de la región representa en estos momentos una de sus mayores fortalezas, aunque insistimos en la necesidad de una atención especial al sector de trabajadores por cuenta propia y pequeños negocios.

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