Un grupo de adolescentes infractores de ley que participan en la Corporación Educacional Abate Molina celebró el cumpleaños de seis usuarios de la Residencia Adulto Mayor “Padre Hurtado” de Talca.

La corporación es colaboradora del Sename y tiene contemplado en su plan de intervención acercar a los jóvenes a instituciones como el Hogar de Cristo para que vean otras realidades sociales y cambien su estilo de vida positivamente. Es por eso que asistieron como voluntarios a la residencia de larga estadía que tiene el Hogar de Cristo en la calle 2 Norte 7 Poniente s/n, y que acoge a 40 adultos mayores en situación de vulnerabilidad social.

Según Mario Araya, profesional de la corporación “trabajamos con el programa de libertad asistida especial con menores, enmarcado en la Responsabilidad Penal Juvenil -Ley 20.084- y conformamos un grupo de voluntarios para celebrar el cumpleaños de seis abuelitos. Este es nuestro primer acercamiento y nuestra idea es ver cómo se comportan los jóvenes al ver una realidad distinta a la de ellos. Ellos son jóvenes que cometen delitos y que están sancionados por la Ley Penal Juvenil, cumplen penas a través de un control con un delegado, pero en este caso se transforma en un trabajo socio educativo. De ahí que nace la idea de la reinserción a través de este tipo de encuentros. La edad de ellos fluctúa entre 13 y 18 años. La mayoría está estudiando y otros optan por la reinserción laboral efectiva. Aquí estamos viendo a jóvenes trabajando en equipo, con habilidades sociales y con buena capacidad para resolver conflictos. Cada dos meses visitaremos como voluntarios otros programas sociales del Hogar de Cristo”.

Salvador Araya, de 17 años es uno de los entusiastas que compartió con los acogidos de la fundación. “A nosotros nos alegra hacer este tipo de visitas, darles cariño y sonrisas. A nosotros nos sirve mucho porque no cuesta nada venir y alegrarlos. Estoy terminando cuarto medio y me gusta ayudar, participé para el terremoto con Un Techo Para Chile y con el Hogar de Cristo repartiendo ayuda. Este año tengo que dar la PSU para entrar a la Universidad porque quiero estudiar Diseño Audiovisual o Prevención de Riesgos. Yo quiero seguir aportando porque me gusta que se rían los abuelitos y que lo pasen bien” finaliza Araya.

Por su parte, María José Fuentes (19) cuenta feliz que quiere seguir colaborando con el Hogar de Cristo. “Los abuelitos se ponen contentos con nosotros, así que le dije al tío que quería seguir viniendo como voluntaria. Estuve en la calle y ya estoy rehabilitada. Quiero ser otra persona, tener mis cosas y mi familia. Yo no quiero que mi hijo sepa lo que pasé. No es la idea estar privada de libertad toda la vida”, declara.

La Residencia Adulto Mayor cumplió 17 años al servicio del adulto mayor desamparado. Su directora, Elsa Celis señala que “esto le hace bien tanto a los adultos mayores como a los jóvenes, y este encuentro les enseña sobre la vida. Les sirve para no caer en más problemas. Nosotros siempre estamos abiertos a recibir estas visitas y de la comunidad en general. Para nosotros es muy beneficioso que vengan, los adultos mayores se ponen más participativos y se nota que están muy contentos”.

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