Académico UTALCA estudia potencial cancerígeno de alimentos procesados

“Debería existir una regulación más estricta de los componentes preservantes u otros químicos que son utilizados en la industria de los alimentos”, señaló el académico Nelson Brown, del Centro de Investigaciones Médicas de la casa de estudios maulina.

El cáncer es la segunda causa de muerte en el país luego de las enfermedades cardiovasculares y casi un 35% de los tumores malignos a nivel mundial se asocian a factores alimentarios.
En este sentido, el director del Centro de Investigaciones Médicas de la Escuela de Medicina de la Universidad de Talca (UTALCA), Dr. Nelson Brown, destacó que es necesario aumentar los controles de las autoridades de salud y la investigación sobre sustancias utilizadas en la industria de alimentos procesados.
“Debería existir una regulación más estricta de los componentes preservantes u otros químicos que son utilizados en la industria de los alimentos (…) creo que es una tarea pendiente que tiene que realizarse obviamente en conjunto con la industria alimenticia”, aseguró el científico.
Recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que algunos alimentos procesados derivados de carne animal —como cecinas y embutidos— podrían generar tumores.

TAREA TITÁNICA

El investigador de la UTALCA admitió que pese a la importancia que tienen los nuevos estudios experimentales que evalúan diversas sustancias utilizadas en esta industria (preservantes, colorantes, saborizantes, etc), la obtención de resultados precisos y definitivos aún es una labor muy compleja.
“El problema que veo es la complejidad de la tarea, porque son muchos (los compuestos) con potencial carcinogénico y es difícil llevar a cabo un estudio que entregue una respuesta definitiva. Por ejemplo, en el caso de la sacarina se hicieron experimentos en ratas hace muchos. Y de hecho, las ratas alimentadas con sacarina desarrollaron algunos tipos de cáncer. Sin embargo, debido a las grandes dosis de sacarina utilizadas en estos estudios (que no se espera sean consumidas por una persona en condiciones normales), es difícil extraer conclusiones que puedan ser extrapoladas a la población. Y en eso se basan las compañías alimentarias para decir que probablemente algunos componentes de los alimentos no causan ningún daño”, expresó Brown.
Agregó que junto a las dificultades para comprobar científicamente los posibles efectos adversos que estos compuestos tienen para la salud, también habría involucrados intereses económicos de las empresas. “Por ejemplo, durante años las industrias tabaqueras bloquearon cualquier tipo de investigación tendiente a afirmar que el humo del cigarrillo producía cáncer. Sin embargo, actualmente es un hecho indudable que algunos componentes del humo del cigarrillo efectivamente generan cáncer”, señaló.

COMER SANO

Si bien la relación entre alimentación y riesgo de cáncer es compleja y difícil de establecer —porque la dieta humana contiene productos muy diversos— estudios validados aseguran que ingerir frutas y verduras permite tener una mejor salud.
“Siempre es bueno comer sano y cambiar nuestra dieta occidental (rica en grasas animales) por una dieta más mediterránea, con la inclusión de más alimentos naturales que industrializadas. Esa es una medida que no solamente tiende a disminuir la prevalencia o incidencia del cáncer, sino también previene las enfermedades cardiovasculares”, explicó el profesor Nelson Brown, director del Centro de Investigaciones Médicas de la Escuela de Medicina de la UTALCA.

“Más ejercicio físico, menos alcohol y menos tabaco, son factores que se ha visto que tienen una incidencia positiva en la sobrevida de las personas, ya sea a través de una disminución de la tasa de enfermedades cardiovasculares, o una baja en la incidencia de algún tipo de cáncer”, agregó.

ALIMENTOS CLAVE

Entre los principales alimentos que aumentan el riesgo de cáncer, destacan: carnes a la parrilla, hamburguesas, bistecs, frituras, aceites hidrogenados, azúcares refinados, margarinas, comidas grasas, alcohol, quesos, carnes curadas, salames y salchichas.
En tanto, los 10 alimentos que permiten prevenir los tumores cancerígenos, son: brócoli, repollo, jengibre, zanahorias, té verde, granos, avena, centeno, cebada, tomates, arándanos, porotos, lentejas, garbanzos y arroz integral.
El Informe “Alimentos, Nutrición y Prevención del Cáncer: Una Perspectiva Global” —elaborado por el Fondo Nacional para la Investigación del Cáncer, de Estados Unidos— recomienda lo siguiente para comer sano: elegir una dieta basada con variadas verduras, frutas, legumbres, cereales. Limitar el consumo de azúcar y de bebidas alcohólicas. Disminuir la ingesta de carnes rojas y si no fuera posible del todo, comer menos de 80 gramos diarios.
También evitar comer alimentos grasos, especialmente los de origen animal. Asimismo, limitar el consumo de alimentos salados y los que posean contaminantes químicos como pesticidas. Tampoco comer suplementos alimenticios innecesarios.

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