Académico desarrolla programa para detectar fraudes en licitaciones

Son escasas las técnicas en el área de licitación pública que detectan irregularidades y facilitan el trabajo de los directores de proyectos, o de personas que presentan propuestas en una licitación pública.
Es en esta área de gestión y desarrollo de proyectos en la cual trabaja el académico Pablo Ballesteros. El docente se integró a principios de este año al Departamento de Ingeniería y Gestión de la Construcción, de la Facultad de Ingeniería.
Una de las preguntas que intentó resolver el experto es cómo presentar ofertas económicas en una licitación pública que tenga altas posibilidades de ganar un concurso. Así logró desarrollar un algoritmo para solucionar ese problema, guarismo que en España fue probado con éxito en varias licitaciones abiertas a empresas.
“Comencé a hacer modelos estadísticos para intentar prever lo que los competidores podían ofertar en una licitación y definir en base a ciertos parámetros lo que teníamos que valorar. Esto, para entregar una buena propuesta económica que permitiera ganar con más posibilidades una licitación pública. Y corroboramos esto de forma empírica, logrando mejores resultados en una porcentaje muy alto”, explicó.
La idea expuesta puede ser usada en compañías que participan de estos procesos públicos y que así puedan mejorar sus ofertas económicas. El método es sencillo de usar y aporta de modo matemático una solución a su gestión empresarial.

Disminuir la corrupción

Otra de las aristas que está desarrollando el académico es un algoritmo para detectar colusión en licitaciones. Se trata de un método que se basa en la solución anterior y que incluye otros aspectos para observar si existe algún tipo de irregularidad en las presentaciones efectuadas por las instituciones durante un concurso público.
“En el mundo este es un tipo de corrupción que existe, como los repartos de licitaciones, sobornos, devoluciones de favores y colusión de empresas. En ocasiones, en un concurso púbico existe la sensación de que la licitación ya está definida previamente. En esos casos se puede aplicar mi programa y hasta ahora ha funcionado muy bien”, indicó Ballesteros.
El algoritmo detecta anormalidades dentro de un patrón de cómo deben desarrollarse las ofertas económicas de forma natural y competitiva. Y cuándo estos datos entregan resultados distintos, que no son normales, las irregularidades se representan en gráficos. El programa se puede aplicar para una o más licitaciones, lo que puede ser decidor al momento de definir si una empresa tiene un mal comportamiento histórico o simplemente se equivocó en la presentación económica en una determinada licitación.
“Cuando sostenidamente se aprecia que una o varias empresas están teniendo comportamientos anómalos, entonces probablemente están incurriendo en alguna irregularidad, que los puede llevar a ser imputados”, sostuvo el docente.
Uno de los problemas a los que se enfrenta en su investigación, es que cada organismo estatal que llama a licitación pública funciona por separado de otro. Esto en muchas oportunidades permite que las empresas se presenten con propuestas anómalas, pero que no sean detectadas, por lo que sugiere que es muy importante tener una conciencia grupal de estos problemas que enfrentan las instituciones estatales en el mundo y que se pueden ir mejorando a través de mecanismos computacionales como el que se encuentra desarrollando.

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