A los 96 años se apagó la voz de la destacada folclorista maulina Margot Loyola

Enamorada eterna de la cueca, danza que consideraba una herramienta de seducción “irresistible” que se debía bailar con el “vientre”. Cultora inagotable de tradiciones recogidas desde los rincones más recónditos de nuestro país. Andariega incansable.

Estas son algunas de las características que definieron la vida de Margot Loyola, compositora, guitarrista, pianista, recopiladora e investigadora del folclore que falleció en la tarde de este lunes, a la edad de 96 años.

Nacida en Linares el 15 de septiembre de 1918, el invaluable trabajo de esta maulina la convirtió en la primera folclorista en recibir el Premio Nacional de Artes Musicales, y la Medalla al Mérito “Abate Juan Ignacio Molina” entregada por la Universidad de Talca, entre otros reconocimientos.

“Su partida es una noticia que nos llena de dolor porque nuestro país y, en especial, la región del Maule, pierde a una de sus hijas más queridas e ilustres, que dedicó su vida no solo a estudiar, sino que a vivir y sentir la música chilena”, dijo el rector de la UTALCA, Alvaro Rojas.

“Margot Loyola nos dejó un invaluable legado que nos permite conocer el Chile profundo, aquel que es inmaterial e invisible para la mayoría, pero que fue y sigue siendo clave en la construcción de nuestra identidad como nación”, agregó la autoridad académica.

MEDALLA

“Es el más grande reconocimiento que he recibido en mi vida, el más sentido, el más profundo, el más chileno, el más verdadero. No sé qué voy a tener que hacer para merecer todo esto”. Con estas palabras Margot Loyola agradeció –en el año 2013- la distinción que le otorgó la UTALCA por dedicar su vida a rescatar la música, costumbres y tradiciones del Chile insular y continental.

“Lo que he hecho ha sido mi vida, por lo tanto, que me premien por vivir no es necesario, y más todavía una universidad de mi tierra”, dijo entonces la artista, quien recordó que su amor por la música comenzó en el vientre materno. “Nací con eso”, aseguró.

En esa oportunidad, la folclorista instó a las nuevas generaciones a valorar sus raíces y el folclor. “Así nos conocemos, nos estudiamos y pensamos cuánto nos falta y proponernos que eso que nos falta lo veamos antes de morir”, fue su llamado, que hoy cobra más sentido con su partida.

GRUPO PALOMAR

En ese contexto, un grupo de estudiantes de Interpretación y Docencia Musical de la UTALCA se sumaron al conjunto Palomar, creado hace más de 50 años por la folclorista y su esposo, Osvaldo Cádiz.

“Este trabajo se hizo en función de un convenio que firmó la Universidad de Talca con el grupo Palomar y la experiencia ha sido enriquecedora para los estudiantes”, comentó el académico de la Escuela de Música, Gonzalo Martínez. Agregó que también lo que se realizó en ese ámbito fue producto del Proyecto Bicentenario.

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