42% de los chilenos no tiene competencias básicas para la economía digital

El 42% de los chilenos en edad de trabajar carece de la preparación básica para la economía digital. Así lo señala un reciente estudio de la OCDE que analiza la preparación de sus países miembros para enfrentar la automatización en el mercado del trabajo y la expansión de la digitalización en los procesos productivos. De acuerdo al reporte llamado ‘Prosperando en un mundo digital’, Chile es el país del bloque con la mayor proporción de trabajadores que no cuenta con capacitación básica para enfrentar los desafíos de la transformación en los puestos de trabajo.
Según el estudio, el 41,7% de las personas de entre 16 y 65 años en Chile carecen de esas capacidades básicas, la mayor tasa entre los países de la muestra. Solo el 6,2% sí cuenta con esa preparación, que incluye capacidades como literacidad, matemáticas y resolución de problemas. Esta falta de formación está concentrada en los grupos de mayor edad. Mientras solo el 24,12% de los chilenos de entre 16 y 24 años están poco preparados, ese porcentaje sube a 40% en los grupos de 25-54 años y a 69,32% en 55-65 años. ‘En Chile y Turquía hay una significante proporción de la población adulta sin preparación’, señala el reporte. ‘En países como estos, el foco debe estar en políticas que aseguren que los individuos mayores no se queden atrás por la transformación digital’, consigna El Mercurio.
El reporte dice que los países con más facilidades para llevar su mercado del trabajo a la economía digital tendrán más posibilidades de aprovechar los aumentos de bienestar que esto puede generar, una situación en la que Chile muestra fuertes rezagos en relación con los países del bloque. ‘Este estudio coincide con lo que ya veníamos viendo; en Chile estamos muy lejos de contar con competencias básicas para las transformaciones, y no solo para la digital’, dice Sara Smok, presidenta de la Asociación Gremial de Empresas de Recursos Humanos (Agest) y gerente general de Manpower. ‘Históricamente, en Chile ha habido dificultades para reconvertir la fuerza laboral cuando una industria ha desaparecido de una zona geográfica, por ejemplo’. Smok dice que en esto hay una combinación de factores, dado por un sistema educacional que no está alineado para la adaptabilidad.

El desafío de capacitar
En este sentido, la OCDE destaca el desafío de los países para capacitar a sus trabajadores y facilitar su transición desde trabajos con altos riesgos de ser automatizados hacia mejores empleos de mejor calidad. ‘Vemos que se están haciendo esfuerzos en esta área, como el proyecto para modernización de la franquicia tributaria ingresado al Congreso en marzo de este año, que tiene elementos positivos, pero que no aborda la problemática de la capacitación de manera integral’, dice Juan Bravo, economista de Clapes UC.
‘Responder a la exigencia de aprendizaje continuo que imponen los nuevos tiempos es imposible sin una reforma profunda al sistema de capacitación’. No todo es negativo para el país. De acuerdo al reporte, Chile está por sobre el promedio en el uso de banda ancha en los hogares, con 87,54%, versus 84,57% para todo el bloque. Además, 89% de los estudiantes señala tener acceso a un computador en el colegio, un poco por sobre el promedio de 88% para todo el bloque. No obstante, solo 60% dice usarlo, por debajo del 68% en promedio.
El estudio señala además que los profesores en Chile están entre los de menor desempeño en la enseñanza de resolución de problemas basados en tecnología. La falta de competencias y las débiles estructuras educacionales se suman a que en Chile una gran proporción de los empleados están en puestos que pueden desaparecer. ‘Chile es de los países con mayor proporción de sus trabajadores en puestos de trabajos con alto riego de ser automatizados’, dice el reporte. Estas características hacen que Chile sea el país donde sería más caro capacitar a la masa de trabajadores con alto riesgo de perder sus trabajos a puestos con bajo riesgos de ser reemplazados por la automatización, contabilizando los costos directos (el pago de la instrucción) así como los indirectos (el salario perdido por tener que educarse).
Mientras en Noruega este costo es de 0,3% del PIB anual, en Chile esto sería de 2,3% del PIB, el valor más alto en los países de la muestra. ‘Chile, Grecia y Turquía se están quedando atrás, lo que sugiere que sus trabajadores enfrentarán cambios mayores en la manera que realizarán sus trabajos en los años que vienen’, dice. ‘Esto es un desafío mayor que no solo se debe enfrentar desde el punto de vista público: las empresas deben dejar de ser consumidoras de trabajo para pasar a ser formadoras de talento’, dice Mosk, de Agest. ‘Es fundamental integrar y coordinar las ofertas formativas con las demandas laborales del sector productivo bajo un esquema vinculante, a diferencia de lo que ocurre hoy, en donde los perfiles laborales y las rutas formativo- laborales construidas no son vinculantes para los sistemas de capacitación ni de formación técnica profesional’, dice Bravo, de Clapes UC.

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