3 problemas sexuales y sus soluciones

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Si ya es duro decirle a alguien que eres psicólogo –te miran como si se preguntaran ‘¿me estará analizando?’–, no digamos ya cuando se enteran de que, además, eres sexólogo”, dice Jaume Guinot, de Doctoralia. “Ellos te ven como si fueras un manual de sexo y les fueras a contar cómo hacerlo. Y ellas como si pudieras explicarles a sus parejas cómo hacerlo bien”, añade. ¿Y cómo es una terapia de sexología? “Todos suponen que hacemos que la gente se desnude y, si vienen los dos, que hagan demostraciones prácticas para detectar sus errores y mostrarles la forma correcta de tener sexo…”, señala. ¿A ti te espanta la idea o te produce morbo? Tranquila, como explica este experto, lo único que tendrás que desnudar es tu alma, “contar con todo lujo de detalles, tu problema o tus relaciones”. Muchos ya lo han hecho; aquí van los casos que más se dan en su consulta. Si

EL CASO. Ella quiere más

LA PAREJA. Carla y Mateo, treintañeros, salen desde hace cuatro años. Cuando esta pareja se conoció, aunque sus trabajos eran muy demandantes, tenían sexo prácticamente a diario. Pero desde el año pasado eso solo ocurre un par de veces al mes. Carla lloró al llegar a la consulta, porque esta situación le ha hecho sentirse rechazada y ha afectado mucho a su autoestima. Ella le quiere y no desea romper la relación, pero dice que lo hará si el problema no se soluciona.

EL TRATAMIENTO. Combatir el estrés. Lo primero fue averiguar qué dificultades podían existir en esta pareja fuera del ámbito sexual y los posibles problemas que individualmente tuviera Mateo y que pudieran causar su inapetencia sexual. En su caso se trataba de un problema de estrés debido a un exceso de trabajo. Una vez solucionado con una buena planificación del tiempo y la voluntad de fijar un par de citas semanales para estar juntos y a solas, la frecuencia de las relaciones mejoró hasta resultar satisfactoria para Carla. “Actualmente, estamos analizando la posibilidad de que existan otros problemas de índole sexual, pero seguramente serán descartados, dada la mejora evidente que han experimentado”, dice Guinot.

AYUDA EXTRA. Nada mejor que una escapada desestresante a entornos naturales o exóticos para practicar yoga, esquí, cocinar, descansar y reencontraros lejos de las obligaciones.

EL CASO. No controla la eyaculación

EL PACIENTE. Jaime, 32 años y soltero. Siempre que tiene relaciones, eyacula sin haber tenido ni un minuto de penetración y a veces ni siquiera consigue penetrar a su pareja. La vergüenza que esto le causa le ha hecho evitar las relaciones sexuales. Ha leído sobre el tema e intentado hacer ejercicios de autocontrol, pero no funcionan. Incluso cuando se masturba, eyacula a los pocos segundos.

EL TRATAMIENTO. Farmacológico. “Si el problema se da tanto en las relaciones como en la masturbación, estamos ante una situación que parece ser causada por un problema físico y no mental, luego deberíamos pasar a un tratamiento médico”. Sin embargo, lo que sucede más habitualmente es que esta situación solo se da en las relaciones (pero no en la masturbación), lo cual requeriría la práctica de ejercicios de autocontrol.

AYUDA EXTRA. Para tratar el problema físico puede ser necesario que el experto prescriba un antidepresivo para trabajar en los receptores que controlan la excitación.

EL CASO: A ella le duele, demasiado

LA PAREJA. Sonia y Luis, cerca de los 30 años y casados hace cinco. Esta pareja se abstuvo del sexo por motivos religiosos antes del matrimonio. La noche de bodas se estrenaron, pero la sensación fue la de estar intentando derribar una pared en su vagina. Siguieron intentándolo, pero el dolor llegó a ser insoportable para ella. Probaron con lubricantes, sedación… y nada funcionó. Incluso, visitaron a algunos doctores, que les dijeron que su problema era psicológico. “Cuando vinieron a la consulta, ella podía llegar al orgasmo mediante la estimulación externa, pero deseaban ser padres. Examinando a Sonia me di cuenta de que había nacido con una condición física que se caracteriza por la existencia de demasiadas terminaciones nerviosas en la entrada de la vagina y el clítoris”, puntualiza el doctor Guinot.

EL TRATAMIENTO. Controlar la sensibilidad vaginal. “En este caso hubo que hacer un trabajo de aprendizaje previo por parte de Sonia para que conociera sus sensaciones y pudiera controlarlas. Esto se consigue empleando dilatadores y geles que permitan que poco a poco ese dolor se haga soportable a niveles más altos de grosor en la vagina hasta finalmente poder conseguir una relación sexual completa y sin problemas”, señala.

AYUDA EXTRA. La práctica de la meditación ayuda a desarrollar autocontrol físico y mental, lo que puede beneficiar a una pareja que sufre este tipo de problemas sexuales.

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