Investigación aborda inexistencia de políticas estatales sobre el arte

La ausencia de una política explícita del Estado en los procesos artísticos generados en Chile, entre 1849 —fecha de fundación de la Academia de Pintura— y 1973, aborda el profesor Pedro Zamorano, director del Instituto de Estudios Humanísticos “Juan Ignacio Molina”, en el proyecto Fondecyt “Ausencia de una política o política de la ausencia. Institucionalidad y Desarrollo de las Artes Visuales en Chile”, del cual es su investigador responsable.
El académico sostuvo que, en un sistema desregulado como de hecho lo hubo, la acción central del Estado consistió apoyar los procesos administrativos, vinculados al financiamiento de sus planteles de formación, difusión y patrimonio, léase museos. De igual modo, señaló que en ausencia de un marco programático explicitado, “las decisiones quedaron, en cierto modo, expuestas al voluntarismo y a los personalismos, que actuaban tanto al interior como fuera de la esfera gubernamental”.
Pedro Zamorano precisó que la inexistencia de un marco regulatorio se observa, por ejemplo “en las asignaciones presupuestarias, en las obras que se adquirieron, las becas que se concedieron, los artistas que se contrataban, la integración de las comisiones y jurados de los salones, como también en la organización de algunas actividades importantes, entre las cuales estuvo la Exposición del Centenario”.
Como señala el académico, “La actividad artística en nuestro país durante el siglo XIX e inicios del XX estuvo supeditada en una parte no menor por las directrices del Estado y por el rol de las elites ilustradas que actuaron, en este ámbito, de consuno con la oficialidad. Es decir, su percepción del Estado del fenómeno estético, en lo que respecta a la formación, la difusión y el patrimonio, estuvo mediatizada por necesidades e intereses funcionales a sus proyectos y visiones de sociedad y Estado”, comentó.

Influyentes
Entre los personeros de la elite ilustrada que en su tiempo tuvieron gran injerencia en las decisiones que influyeron en el desarrollo artístico local, mencionó a Pedro Lira, Vicente Grez y José Miguel Blanco.
Producto de ese modelo, el investigador explicó que se produjo una fuerte concentración de la enseñanza y circuitos de arte en Santiago y en torno a la institucionalidad académica.
El estudio sobre la vinculación del Estado con los procesos artísticos considera desde 1849, año en que se fundó la Academia de Pintura, bajo el gobierno de Manuel Bulnes, hasta 1973. Zamorano precisó que se tomó esta última fecha “porque se señala ahí un quiebre severo y una redefinición en los procesos de formación artística en el país”.

Cortes temporales
Respecto a la forma en que se realiza el trabajo, el profesor Zamorano explicó que se realizaron cuatro cortes temporales para alcanzar el objetivo principal de “analizar las relaciones entre la institucionalidad artística y la clase dirigente del país, definiendo, a partir de esta relación, las concepciones estéticas y modelos que se promueven y validan desde la oficialidad”,
Los investigadores que participan en este estudio —Pedro Zamorano, Claudio Cortés, de la Universidad de Chile y Alberto Madrid, de la Universidad de Playa Ancha—, han abordado la historiografía del arte chile en cinco proyectos previos financiados por Fondecyt, que según el director del Instituto de Estudios Humanísticos proporcionan un conjunto de saberes e información sobre el desarrollo de la pintura, la escultura y la crítica de arte en Chile.
“Sobre la base de este conocimiento previo proponemos un nuevo ángulo de análisis; una investigación centrada en el funcionamiento del estamento oficial. Es decir, investigar cómo la institucionalidad transfiere sus convicciones y voluntades al espacio de la formación, la difusión y el patrimonio artístico.

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