Entregan consejos para resguardar a las mascotas de cara a los Fuegos Artificiales de Año Nuevo

La Médico Veterinario de la Universidad Mayor, Carmen Luz Barrios, entregó valiosas recomendaciones para evitarles el un mal rato a los animales.

Bellos pero ensordecedores, los espectáculos pirotécnicos que se realizan a lo largo del país cada 1 de enero conllevan una gran responsabilidad para los dueños de mascotas, cuyos animales se ven duramente afectados por los ruidos y destellos que estos despliegan.

Para evitarles males como el estrés o la ansiedad, hay quienes optan por medicar a sus mascotas sin una receta médica adecuada, recurriendo a productos cada vez más populares como el “Pacifor”, cuyos efectos pueden ser peores que la solución propuesta.

“En estos casos hay un fármaco que es la estrella de las malas recomendaciones y que es el Pacifor. Este medicamento resulta más que contraindicado ya que en ningún caso les baja la ansiedad a las mascotas, simplemente les impide reaccionar, lo que es aún más desesperante para ellos”, señaló Carmen Luz Barrios, Médico Veterinario y académica de la Universidad Mayor.

Según la especialista, aparte de no permitirles buscar un refugio adecuado para su desesperación, este fármaco, al ser mal administrado, puede llegar a generar una serie de malestares físicos en las mascotas, como alteraciones en su frecuencia respiratoria, pudiendo decantar en problemas más graves.

Para evitar un comienzo de año con el pie izquierdo, la también Directora Clínica del Centro Integral de Comportamiento Animal (CICAN), recomienda empatizar con las mascotas y entender que éstas, simplemente, no lo pasan bien con los fuegos artificiales, lo que hace fundamental el poder entregarles las condiciones de confort adecuadas para este tipo de celebraciones. Para ello, preste atención a los siguientes consejos:

1.- Zona de confort. Un primer aspecto que resulta de vital importancia es diseñar o construir una zona de seguridad para el perro ya que encontrarse con un patio pelado podría ser aún más complicado para ellos.

“Si el perro va a estar afuera lo ideal es que tenga un lugar donde pueda refugiarse y que tenga agua, comida y algo donde acomodarse. Si el perro va a estar adentro, lo ideal sería que estuviera en una habitación lo más alejada posible, con música relajante y los mismos elementos antes mencionados”, señaló la académica.

2.- No retarlos. Si una mascota lo pasa mal con los fuegos de artificio, podría pasarlo aún peor si la persona encargada de darle protección, o cariño, comienza a retarla. Por lo tanto, la empatía será un valor clave.

“En estos casos es común que las mascotas traten de entrar a las casas como sea, y que en el trayecto puedan causar algún daño. En esos casos es importante entender que ellos están pasándolo mal y que retarlos no va a contribuir en nada. Lo mejor es tener en cuenta esta situación desde antes y estar preparados”.

3.- Evitar la sobreprotección. Así como es malo retar a las mascotas cuando están desesperadas, tratarlas como niños y acurrucarlas tampoco podría ser beneficioso para su comportamiento. “Hay que evitar también esto de reforzarles el miedo apapachándolos como niños. Lo ideal es permanecer calmados y permitirles refugiarse, que es lo que ellos necesitan”, explicó Barrios.

4.- Utilizar feromonas o consultar con un especialista. Si bien las medidas anteriores deberían bastar para controlar el miedo y la desesperación de un perro ante los festejos de Año Nuevo. La académica de la U. Mayor señaló que hay algunas mascotas que presentan reacciones desmedidas que obligan a tomar medidas mayores.

En ese sentido, un método no invasivo y fácil de adquirir en un “petshop” son las feromonas, las que se pueden comprar en distintos formatos y que “son sustancias químicas de apaciguamiento canino que resultan sumamente útiles para estos casos. En el mercado pueden encontrar difusores, rociadores y collares, los que van entre 20 mil y 30 mil pesos”, apuntó.

En casos más graves, donde los perros atraviesan ventanas o muestran un miedo patológico a los ruidos fuertes, la académica recomienda visitar a un etólogo clínico e iniciar un tratamiento no sólo paliativo, sino de más largo plazo.

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