“El Senado tiene una deuda con la seguridad del trabajador agrícola”

Parlamentaria presentó proyecto de ley que prohíbe uso, importación y distribución de plaguicidas considerados peligrosos y en extremo peligrosos por la OMS, iniciativa que el año pasado el Senado rechazó por unanimidad. “Me alegro de que ahora el Presidente se preocupe de las condiciones laborales en la agricultura. En el caso de los agroquímicos, sólo le pido que ordene sus filas para que este proyecto sea realidad lo antes posible”, precisó

Como una oportunidad para que el Senado salde la deuda que mantiene desde el año pasado con la seguridad de los trabajadores agrícolas en Chile, calificó la Senadora Ximena Rincón el anuncio del Presidente de la República de analizar la prohibición de plaguicidas peligrosos en la Comisión de Seguridad en el Trabajo, creada tras el accidente de los 33 mineros atrapados en la mina San José.

Al respecto, la parlamentaria recordó que en 2009 todos los Senadores votaron en contra de un proyecto que prohibía el uso, importación y distribución de plaguicidas considerados peligrosos y altamente peligrosos por la Organización Mundial de la Salud, manteniendo en el Servicio Agrícola y Ganadero la facultad de prohibir o regular la manipulación de estas sustancias.

“Este calvario que viven los mineros demostró que el Estado no está en condiciones de fiscalizar y que por lo tanto, hay que tomar el toro por las astas y prohibir todo aquello que exponga a los trabajadores. En este caso, es mucho más seguro prohibir que fiscalizar o esperar un adecuado manejo, porque el más mínimo error puede ser fatal. Eso no se entendió en el Senado el año pasado, por lo que al asumir este año presenté un nuevo proyecto, que ya está siendo discutido y que va en la línea de lo propuesto por el Presidente”, sostuvo la Senadora.

Agregó que ahora hay una mayor sensibilidad frente al tema de la seguridad laboral, razón por la cual espera que su proyecto de ley permita que en el más breve plazo los trabajadores y trabajadoras agrícolas puedan realizar sus labores habituales sin el temor de verse expuestos a sustancias peligrosas.

Insistió que las supuestas atribuciones del SAG chocan con problemas para fiscalizar los diversos predios, situación que quedó de manifiesto, cuando a fines del año pasado se provocó una masiva intoxicación en Longaví. “Creo que la norma tiene que partir por el sentido común y si no se puede fiscalizar, para qué exponer a los trabajadores agrícolas. Tengo la convicción profunda de que no podemos dejar en manos de la autoridad regulatoria que se cumpla con las normas en materia de uso de los plaguicidas peligrosos, por lo que tenemos que copiar lo que se está haciendo en países vecinos y en el mundo en general, de manera tal de prohibir su uso”, precisó Ximena Rincón.

INFORMES FAVORABLES

Ximena Rincón sostuvo que la Comisión de Agricultura del Senado ha recibido informes de diversas entidades relacionadas con el tema como el SAG y la Red de Vigilancia de Intoxicaciones por Plaguicidas del Ministerio de Salud. Esta última instancia se mostró partidaria del proyecto, dado el alto impacto que tienen las intoxicaciones -más de 600 casos anuales-, sin considerar los efectos futuros y crónicos de estos productos en la población.

Añadió que para los principales gremios agrícolas la prohibición de los plaguicidas considerados peligrosos no constituye un problema, sino que una obligación en un mercado que no sólo se preocupa de la calidad del producto, sino que también del proceso y su respeto por los trabajadores y el medio ambiente.

“Por eso creo que el escenario es positivo para que este proyecto se haga realidad y Chile muestre con hechos que se preocupa de sus trabajadores agrícolas y prohíba el uso de este tipo de sustancias. Veo una nueva mirada y espero que se concrete en ley. Creo que ahora el Presidente debe preocuparse de alinear a sus parlamentarios, porque en materia de agroquímicos, gran parte de la tarea está avanzada”, puntualizó la Senadora, quien manifestó que otro tema importante en materia de seguridad laboral en el mundo agrícola es el de la calidad de los productos de protección.

Al respecto, sostuvo que muchos temporeros denuncian que algunos empresarios están ahorrando en el ítem de seguridad y adquieren elementos de protección que difícilmente superan un test de calidad. “También hay que avanzar rápido y con fuerza en la prevención de diversos tipos de tendinitis que enfrentan los temporeros y que tras dejar las faenas, quedan sin tratamiento”, concluyó.

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