Días abochornados se multiplicarán durante este verano

El académico y decano de la Facultad de Básicas de la Universidad Católica del Maule, Mg. Raúl Becerra, quien tiene un postgrado en Estados Unidos en Ciencias Ambientales, realizó un pronóstico de lo que serán estos meses de verano en la Región del Maule y el país.
Conocida es la presencia de la Corriente del Niño en estos tiempos en toda la costa del Océano Pacífico, tal como explicó Becerra “una de sus características es que en áreas en las que hay calor o hay lluvias, pueden ser anormales en ese período. Por ejemplo, mientras que en el hemisferio norte de Estados Unidos ellos tendrán un invierno muy lluvioso, lo más probable es que veamos imágenes con inundaciones, en otras partes como en Ecuador o Venezuela habrá mucha más sequía que la de años normales”.
En lo que respecta a las costas chilenas Becerra pronostica que “este verano será muy lluvioso en el extremo sur -desde la Región de Los Lagos-, mientras que en el centro sur se espera la cantidad de precipitaciones sean las acostumbradas, donde lo más probable es que no hayan lluvias y si se presentan serán cortas. En el desierto también estará más seco que otros períodos”.
Más allá de las precipitaciones, la Corriente del Niño promete traer un alivio a todos los que permanezcan trabajando este enero, ya que no tendremos temperaturas tan extremas. “Vamos a tener muchos más días nublados que de costumbre, los que serán medios abochornados -como se le conoce comúnmente- también que se estima que en enero será el peak máximo de temperatura. No sobrepasaremos los 35° grados, ya que al haber presencia de nubes, se frena en parte la irradiación. Esto sin considerar que los anticiclones pueden despejar esas nubes por algunos días y tener días con temperaturas bastante altas”, señaló Becerra.
También el especialista indicó que para los meses de febrero, marzo y abril, se estima que va a haber una transición hacia la Corriente de la Niña, lo que significa que “va a disminuir la temperatura del océano, lo que demora normalmente un poco más de un año, trayendo consigo temperaturas más bajas y por ende más sequía”.

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