Acción por los más pobres

Hoy celebramos el Día de la Solidaridad, en memoria de San Alberto Hurtado, que falleció un 18 de agosto de 1952. Uno de los hombres más influyentes del siglo XX, que dedicó su vida a trabajar por los más pobres de nuestro país.
Recordar el legado de este santo chileno, cobra mayor fuerza en un año especialmente difícil para las familias más vulnerables, que han sido fuertemente golpeadas por las consecuencias del terremoto y ahora por el trágico accidente en la mina de Copiapó. Sin lugar a dudas la pobreza no es un problema solucionado en Chile, los resultados de la Encuesta Casen registraron un aumento de la pobreza, lo que nos impulsa a redoblar nuestros esfuerzos para ayudar, de manera urgente, a las más 2,5 millones de personas que viven esta dramática situación.

No podemos permanecer indiferentes frente al dolor de nuestros compatriotas. Debemos trabajar juntos en entregar las herramientas adecuadas a las personas más excluidas, para que puedan optar a una vida mejor. Como Hogar de Cristo hemos sido testigo de miles de historias de superación, hombres y mujeres que han salido adelante gracias a que han tenido una oportunidad para desarrollarse.

Como decía el Padre Hurtado: “El pobre no es un haragán ni un delincuente. Nosotros, el resto de los miembros de la sociedad, tenemos la culpa del analfabetismo, de los vicios, de la vagancia y de la delincuencia. Somos culpables directos de que haya mendigos, vagos y hombres de mal vivir. Somos culpables de la mala constitución de la familia obrera… Les pagamos bajos salarios, les cerramos las puertas de la educación, los tenemos sumergidos en la promiscuidad…durmiendo hacinados como fardos….Y si somos culpables es porque en vez de considerarlos hermanos nuestros y de ofrecerles amor y caridad, les escupimos desprecio…”.

Con esta radical frase, San Alberto Hurtado nos interpela a movilizarnos por los más necesitados. Es responsabilidad de todos -ciudadanos, Estado, empresas privadas, sociedad civil y fundaciones de beneficencia-, reconocer a los más pobres como seres dignos, que merecen respeto y oportunidades. En este Día de la Solidaridad, los queremos invitar a la acción. No nos quedemos de brazos cruzados esperando que otros hagan algo por nosotros, de todos depende construir un país más justo y solidario para aquellos que más sufren.

Padre Agustín Moreira s.j.

Capellán General de Hogar de Cristo

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